Extraña belleza

No hace mucho salto en internet la noticia del éxito obtenido por el lanzamiento de la nueva Barbie maquillada. Y decía, que una empresa de cosméticos pretende  transformar a las pequeñas consumidoras en Barbies. En sólo ocho horas se vendieron 25 mil unidades. Las mamás hicieron largas colas en las tiendas para adquirirla.  Y lo ha conseguido, puesto que ha surgido una nueva “tribu urbana” por llamarlo de alguna manera.

Ya eran conocidas las japonesas que se vestían de niñas de comic manga. Pero ahora están de moda las chicas que se operan, se maquillan y hacen todo lo posible para tener cara e incluso cuerpo de muñeca.

Y ya han surgido varias como Valeria Lukyanova que es una chica rusa de 21 años, al igual que Dakota Rose, una chica de 16 años que ha tenido gran éxito en Internet dado que sus facciones la hacen lucir como una muñeca. 
Esta niña  ha causado furor en redes sociales en las últimas semanas, por su gran parecido físico con la muñeca de Mattel. Ellas han revolucionado las redes sociales con su parecido a las muñecas, por las facciones de sus caras, su figura y su pequeña cintura, aspectos que la han dado mucha popularidad, gracias a sus fotos publicadas en Facebook, así como innumerables críticas por parte de aquellos usuarios que la tildan de ridícula y fuera de lo normal.
Y es que sus detractores tienen razón en algo, y es que esta mujer se pasó con el bisturí hasta tal punto de verse tan plástica como una Barbie de verdad. Y si no juzgar vosotros mismos. Las fotos no están trucadas y realmente parecen de plástico.
Y es que todo esto tiene sus consecuencias, no es oro todo lo que reluce. Estas “muñecas” de carne y hueso, deben de usar lentillas especiales para agrandar su iris azul, lo que le da un aspecto más semejante al de una muñeca japonesa. Los efectos pueden ser peligrosos, ya que en muchos casos las jóvenes confundidas se aferran a esta exigencia social de extrema delgadez, con posibilidades de padecer anorexia, bulimia, depresión y otros trastornos.
¿A dónde vamos a llegar? ¿Son producto de esta sociedad de consumo? ¿De la tontuna? ¿O sencillamente de un empacho de estupidez? Supongo que el tiempo lo dirá, pero cada día estas locuras nos extrañan menos.