Nunca sabrá el destino,
el error que cometió.
Ahora que conoce el camino,
¡viva la madre que te parió!
Tal vez acepte recordar,
y pueda volver a querer.
Ya que el tiempo quiso borrar,
lo que su corazón se niega a perder.
El aliento gélido del miedo,
quiso enterrarlo en el olvido.
Pero la rueda del enredo,
conoce el amor que ha vivido.
Lo amarillo de los años,
no suele dejar cabos sueltos.
Solo hay que subir dos peldaños,
para arreglar los entuertos.
Sabe la piel los motivos,
que no hay dos sin tres.
Los sentimientos aún están vivos,
y quizás no haya otro después.
Escribió la historia con tinta,
de sangre y purpurina.
No es mejor, ni distinta,
a la que el tiempo se imagina.
A pesar de los pesares,
tiene una cita con la vida.
Conocerá otros lugares,
consumiendo ese billete de ida.
Por los meandros de su alma,
corretean mil sensaciones.
Hará las cosas con calma,
y que discutan los corazones.
©️ILS2023
