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martes, 31 de marzo de 2015

Mercenario



Soy ángel de día, brujo de noche y cuido demonios los fines de semana.
Curo el mal de ojo, hago vudú a domicilio, leo el futuro, destrozo el presente y hago olvidar el pasado. Asesoro y aconsejo sobre lo inexplicable, te llevo de compras al infierno.
Te echo las cartas y leo los posos del café. Hago pócimas para enamorar y conjuros para olvidar. Complico vidas, amargo existencias, desquicio, enojo y te saco de tus casillas.
Soy domador de hormigas, cabreo tormentas, enciendo volcanes, le busco los tres pies al gato, cuido patos y maragatos. Cuento cuentos de miedo, descubro tesoros inexistentes, invento leyendas y aventuras increíbles.
Escribo versos, rimas y poemas. Escritos, cartas y relatos. También doy abrazos, mimos y carantoñas. Consigo sonrisas y carcajadas. Guiños y miradas. Regalo tardes de café, días más largos, noches inolvidables y pesadillas eternas.
Regalo esto, aquello, lo de más allá. Te llevo al fin  del mundo en trineo, a las profundidades del océano o al mismísimo centro de la tierra.

lunes, 16 de marzo de 2015

Cualquier día



Cualquier día de estos, paro el tiempo, detengo mi vida y empiezo de nuevo. Haré un viaje largo, muy largo. Recorreré el mundo, cruzaré océanos, desiertos, y quizás no regrese.
Quizá me haga mercenario, traficante de ideas, mochilero sin mochila, cazador de nubes, misterioso enmascarado, asesor de sueños o mago por encargo. Seré un loco sin remedio, un pandillero sin pandilla, un aprendiz de buena persona.
Escalaré las más altas cimas de los océanos. Me iré al lugar donde todo se olvida, les pondré cara a los amigos que nunca he tenido y pasare de puntillas por la vida.
Cualquier día de estos, recuerde por última vez, le doy la vuelta a la nostalgia y regreso a los infiernos, donde una vez fui feliz.
Retomaré esa vieja idea que vaga por mi cabeza y me vuelvo al mundo irreal. Quizá escriba la aventura de mi vida o la leyenda de mi muerte, viviré al borde  de la bahía, al final del camino, entre la magia y la fantasía.
Tal vez me pase a buscarte a donde sé que no estás. O quizá le pregunte por ti a algún desconocido por la calle, esa calle que no existe.
Quizá, cualquier día de estos, mañana o pasado te espere donde siempre, a media hora de ninguna parte, entre esto y aquello, allí donde nada es lo que parece.
Encuadernaré las cosas que el camino me ha enseñado. Y me tomaré una dosis de realidad.
Entre eso que me sabe a ti, entre los recuerdos que ya olvide y entre algunas cosas que no puedo, ni quiero retomar, recorreré aquellos lugares donde te quise, donde te amé.
Porque ya no huele a ti en casa, me dedique a perderte y ahora te busco entre los ruidos, entre los silencios, entre las sabanas de mi cama.
Cualquier día de estos lo dejo todo y me voy a ese lugar que todavía no existe, donde pueda velar tus silencios, donde pueda pensar, donde descubra que fue lo que pasó.  
Y que todas mis próximas veces, sean como la ultima, que mis noches te llenen de sueños y que el futuro me sorprenda junto a ti.
Y el día que me muera, dejaré en testamento, las heridas de guerra, mis acciones del cielo, la colección de sueños que quedaban por cumplir, el vacio que dejaste en mí y los secretos que una vez te confesé.

lunes, 9 de marzo de 2015

Una flor que colorear



Tengo hermosos recuerdos, extraños pero lejanos. Tengo muchas dudas, la foto de un te amo, el resguardo de un te quiero, el apellido de una calle y un acuse de recibo.
Tengo reproches, una orden de desahucio, vacios, trocitos de cartas, poemas que terminar y sueños por cumplir. Tengo la imagen de una cara, una sonrisa de ensueño, un timbre de voz, respuestas a destiempo. Un quiero y no puedo, un extraño mes de enero.
Un mañana, un quizás, el ya veremos de un proyecto, un extraño adiós. Tengo el sueño cambiado, dolor de corazón, rabia contenida y celos de tu almohada. El encanto de un encuentro, el dolor de un desencuentro, una huida, una batalla, una ropa de entretiempo y una espera de entretanto.
Tengo un tiempo para mí, para ti toda una vida. Tengo la mesa puesta, tengo café, menta poleo y té. Una caja de secretos, aquella frase que escondí, cicatrices en el corazón y dolor en el alma
Tengo un diario en blanco, un calendario sin meses, una fecha tope y pocas ganas. La fotocopia de una copia, el mapa de un atajo y los restos de un naufragio. Tengo planes de futuro y el orgullo amoratado. Le hago trampas a la vida para verte aquí, a mi lado.
Un ni si-ni no, un quizás, un a lo mejor, la primera pieza de un puzle. Tengo poca cobertura, una noche sin luna, una gotera llorona y un reloj de arena. Tengo un lado romántico, un lado loco y un lado extraño.
Tengo ganas de que tengas ganas, de que quieras quererme, que ordenes mi vida, mi casa, mis cosas, que desordenes mi caos. De tomar un café contigo, de compartir viajes, paseos, cariño. Tráete el cepillo de dientes, trae también tu mirada, tu voz, tu forma de ser.
Tengo un cuento de cuentos, un disfraz, un antifaz, un hada madrina,  un cajón sin fondo. Un mal día, un arrebato de locura. Un cabreo del 15. Un piano de cola, una barca varada, forma, plataforma, un sueño que tarda. Tengo la sonrisa de mona lisa.
Tengo ganas, recuerdos, caricias y besos. Tengo un no se pa donde tirar y un qué quieres que te diga. Un mañana que está por venir, un paseo por hacer, un sueño por soñar y ganas de hacerte realidad. Tengo una flor que colorear.

martes, 3 de marzo de 2015

Prefiero



Prefiero mentirte y decirte que ya no visito los lugares que me recuerdan a ti, que estoy bien, que ya no te extraño. Que ya no busco entre mis recuerdos, aquel sueño que escribí cuando te conocí.
Prefiero mentirte y decirte que ya no te observo a escondidas, que sigo tomando café con la vida, hablamos de ti, de esto, de aquello, de lo nuestro. Que todo va bien, que mi salud va genial, que mi ánimo está alto y que por fuerzas que no sea.
Te mentiría si te digo que ya no recorro las calles de tu barrio, que ya no hago noche en tu cristal, te mentiría si no pienso qué ya eres pasado.
Prefiero pensar que ya no eres mi media naranja, mi otra mitad, que te olvidé hace una eternidad, que ya no me duele amanecer sin ti, que ya no te extraño. Que ya no despierto por las noches para contemplarte, para compartir tus sueños, tu despertar.
Sigo creyendo que al cielo se va los sábados, que uno no elije de quien se enamora, que la vida transcurre a nuestro alrededor, y después de esto, dejare correr el tiempo.
Prefiero mentirte y decir que no me preocupa quien ocupará mi lugar, el vacío que he dejado, que ya no quiero mendigar tu amor, que estoy feliz, que eres el recuerdo de un recuerdo, el poso de una hermosa pesadilla, un mal sueño. Algo que nunca ocurrió.
Prefiero pensar que aquello fue un sueño, que aquel extraño mes de enero, fue en realidad algo que nunca sucedió, el producto de una noche necesitado de amor.