Prefiero
mentirte y decirte que ya no visito los lugares que me recuerdan a ti, que
estoy bien, que ya no te extraño. Que ya no busco entre mis recuerdos, aquel
sueño que escribí cuando te conocí.
Prefiero
mentirte y decirte que ya no te observo a escondidas, que sigo tomando café con
la vida, hablamos de ti, de esto, de aquello, de lo nuestro. Que todo va bien, que
mi salud va genial, que mi ánimo está alto y que por fuerzas que no sea.
Te
mentiría si te digo que ya no recorro las calles de tu barrio, que ya no hago
noche en tu cristal, te mentiría si no pienso qué ya eres pasado.
Prefiero
pensar que ya no eres mi media naranja, mi otra mitad, que te olvidé hace una
eternidad, que ya no me duele amanecer sin ti, que ya no te extraño. Que ya no
despierto por las noches para contemplarte, para compartir tus sueños, tu
despertar.
Sigo
creyendo que al cielo se va los sábados, que uno no elije de quien
se enamora, que la vida transcurre a nuestro alrededor, y después de esto,
dejare correr el tiempo.
Prefiero
mentirte y decir que no me preocupa quien ocupará mi lugar, el vacío que he
dejado, que ya no quiero
mendigar tu amor, que estoy feliz, que eres el recuerdo de un recuerdo, el poso
de una hermosa pesadilla, un mal sueño. Algo que nunca ocurrió.
Prefiero
pensar que aquello fue un sueño, que aquel extraño mes de enero, fue en
realidad algo que nunca sucedió, el producto de una noche necesitado de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario