Vosotros

Los mortales, son esos que se pierden en un segundo, inventándo los recuerdos a medida que los van necesitando. 

Los ingenuos, no saben que todos los lunes, comienza el fin del mundo.

Vosotros, los del otro lado, no sabéis que el amor es del viento y en la caverna más oscura de la conciencia está el abismo de lo esperado.

Sois los miedosos, que lloran a lágrima suelta, después de hacer inventario de vuestra vida, sin arrepentiros de los pecados que no habéis cometido. 

Ahora quedan las cenizas de las penas, los despojos del dolor, y el típico tufillo del espacio vacío.

Vosotros, los inmortales, que os creéis los amos del universo, pagaréis vuestros errores con pena, dolor, y castigos naturales.

Yo, que soy normal seré diferente, evitaré las penas y los males. Seré optimista, realista, atrevido y valiente. 

Y guardaré la cuarentena como todo bicho viviente

Escribo

Escribo para gritar alegría, para reír y llorar. 

Para pasar a limpio los sentimientos y la vida.

Para aprender de mis tachones y de las faltas de ortografía.

Escribo para  liberar el alma.

Para buscar razones, para entender lo que siento, y subrayar mis errores.

Escribo para aprender. Para soñar. Para aliñar el amor y la felicidad, con rimas y versos de colores.

Para calmar la rabia, curar heridas.

Escribo para desterrar el dolor, y mitigar mis temores. 

Rellenando las ausencias con palabras rebuscadas. 

Para avivar el brillo de tus ojos y encender las estrellas apagadas.

#ILS

Noche prohibida

Es tu amor el premio, sentir la felicidad y la alegría.

Tú corazón mi hogar, el cobijo del cariño, allí mí deseo aumenta, con cada latido.

Es tú ser, mi morada, la razón, el principio y el fin. ¡La fruta deseada!

Tú dulzura, el interruptor, que enciende, activa y acelera mi ternura.

Tú voz, la melodía que susurra. ¡Alma de luna!

Tú corazón, el cielo, que me invita, me llama. Tus ojos, la luz que me guía.

Es tú alma, mi fortuna, la sábana que me tapa. ¡Lágrimas de lluvia!

Tú pecho, mi suerte, un oasis, un refugio, el cuartel, que me hace fuerte.

Tu piel el océano, mi mar, allí, por donde suelo navegar. 

Tú respiración, la suave brisa, que mueve mis velas.

Es tu cuerpo una escultura, que no calla, que me dice, que me invita al amor y a la escritura. 

Tu boca es el pecado que me habla y me provoca.

Tu alegría, mi latido, mi canción, esa lucecita que se enciende, en mi corazón.

Es la vida, un día, un universo, la mitad de una noche. ¡De ésta noche prohibida!

Entre penas y alegrías

Entre penas y alegrías, entre comas y comillas, escribo poemas de colores con pinceles y plumillas. 

Entre diéresis y asteriscos, rayas y guiones, voy escribiendo de amores, de vidas, las tuyas y las mias.

Dos puntos discuten con el corchete, y la rima se anima haciendo brillar más, si cabe, éste banquete.

La cursiva se acuesta en la frase. La negrita resalta el contexto y los paréntesis nos aclaran el sentido del texto.

Con sonetos y prosas, hago míos los versos de amor que forman un poema, llenando las páginas de éste libro, repleto de relatos de vida y candor.

La métrica pone orden

Y al frescor de una sombrilla, sello éste canto de amor, con un beso en tú mejilla.

Versos de papel

 

Estoy a medio camino entre la felicidad y la tranquilidad. 

Tengo un acuerdo con mis desacuerdos. 

Un tira y afloja en fase de negociación con los sentimientos, 

aunque a veces malamente consigo separar lo útil de lo inútil, 

en alguna conversación.

Ya no quiero, ni contigo ni sin tí, 

verdades a medias, ni mentiras piadosas. 

Dejemos lo de las espinas clavadas, lo de las medias tintas y las discusiones bizantinas. 

Saldré a buscar la puerta que abre el mundo, no un mundo de envolver y llevar. 

Sin pesos del pasado, ni planes de futuro. 

Quizás una mochila y poco más!

Quiero ser capaz de todo e incapaz de nada. 

Seguir escribiendo versos, quedar con los amigos ejerciendo eso que llaman disfrutar. 

Valorar más si cabe los pequeños matices, 

y dejar huella en lugar de cicatrices. 

El resto que sea un descarte, 

y que la magia, tome cartas en el asunto 

y ponga algo de su parte. 

El tiempo, siempre nos cuenta la verdad y aunque parece que la soledad ya no me duele, quiero comenzar del resto de mi vida, con una mejor cuota de felicidad.