y aleja tus manos de mí.
Búscate un árbol caído,
que de vida, soy el primero.
No me hagas aspavientos,
ni me señales con el dedo.
Hoy no toca acompañarte,
vete a otro con tus cuentos.
Aunque de cerca me tocas,
aleja esa idea que traes.
Te llevas amigos y familiares,
mi corazón y vida trastocas.
Que razón tiene la vida,
pues no te asumo fácilmente.
Dejas silencio y dolor,
eres odiosa y temida.
No cede en las despedidas,
ni en el calendario de las cosas.
Pero a la cuerda de la esperanza,
se sujetan para curar sus heridas
La víspera de casi todo,
cuesta trabajo decirte,
que no quedo indiferente,
ni por la forma, ni por el modo.
Date la vuelta te pido,
y no uses ese tono rastrero.
Ya has dejado dolor suficiente
y uno se siente perdido.
Si tuviera que citar mis heridas,
no acabaría fácilmente.
Fueron muchos los amigos,
que dejaron ya sus vidas.
Gonzalo, Conchita, o Javier,
y muchos amigos más.
Son almas y corazones,
que no volveremos a ver.
Por eso hoy a la virgen le ruego,
que dé consuelo y cobijo.
Atiende por favor mi súplica,
y llévalos de tu mano al cielo.
©️ILS2023
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