Fue
tan fugaz que cuesta entenderla. Duró lo que se dice, una eternidad, dos vidas
y una mitad.
Me
siguen provocando sus recuerdos, me excitan sus pensamientos, me mueven el
piso, me llenan por dentro.
Me
contó que aquello se parecía a un sueño que la casualidad quiso evocar. Un cuento,
un repique de campanas, el torbellino de mil ráfagas de viento.
Me
dijo que fue lo más parecido a un lamento, a un coro de campanas, campanas de
viento, que la piel se le eriza, se deja engatusar, abre las alas y echa a
volar.
Me
enseño como el rio sigue su curso, hasta que llega al mar, Me mostró que el escribir
es divertido, es como hablar sin hacer ruido, son palabras, palabras mudas que no
dejan de gritar.
Veo que sigues en plena forma, un placer leerte!
ResponderEliminarBesos