Me
lo enseñan tus ojos, me lo dice tu mirada, me lo confirma tu dulce acidez, tus
habilidades, tu testarudez.
Lo
que me da la vida, lo que me la quita. Un sueño de verano, un susto, quizás un
gusano, o un orgasmo soberano.
Lo
que tú me demuestras, lo que te falta, lo que cada noche te sobresalta.
Tu
tiempo, tus cosas, los engaños, hay que ver cómo pasan los años.
Sigo
andando y por el camino voy encontrando los poemas que ayer, enojado, fui
dejando.
El
medidor que mide el bienestar, el beso cutre que me dejaste, un abrazo inseguro,
aquel extraño adiós. Hoy, por fin, me compré el billete al futuro.
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