Voy

Voy arreglando los días, los meses, los años. Voy tirando palante como cualquier caminante. En la maleta, llevo lo justo, mis pertrechos, mis sueños y los proyectos que voy realizando. Llevo lo justo, lo necesario para que seguir adelante. Mis escritos, mis relatos y los versos que voy acabando.

Voy descubriendo momentos, caminos, otros mundos y nuevos acentos. Voy recopilando palabras, frases y giros sin contratiempos.

Voy cruzando ríos, navegando mares, atravesando desiertos, y siempre pensando en aquellos lugares. Allí dónde te conocí, dónde te encontré, en aquel lugar a donde quiero regresar. 

Y la luna traviesa

Cuantos cafés inspiraron mis versos, esos versos traidores, canallas y persuasores. Esos que voy escribiendo, mientras juego con las palabras, con los ritmos y los colores. Cuantos sueños habré soñado, cuantas historias habré imaginado. 

Cuántos silencios ensordecedores, cuántos ruidos pasan la noche, entre mis errores.

La de veces que os escucho, la de veces que os contemplo, siempre con mucho respeto, busco esa mirada, ese hermoso sentimiento.

Cuantos colores habré pintado, cuantas veces y en alguna ocasión, has despertado mis ganas y las fibras de mi inspiración.

Miradas, sonrisas y aquella canción que más de una vez, me volteó el corazón.

Cuantos sombreros me habré quitado, cuantas sonrisas me has dedicado, al verte pasar muy cerquita, casi, casi, a mi lado.

La lluvia me inspira, me incita la nieve, me gana el sol, y la luna traviesa, siempre me excita.

Ya no

Ya no quiere, no procura, ya no busca tiempo para la escritura. El trabajo le ocupa, tu ausencia le preocupa. Escucha silencios, llena vacíos, soporta torturas, vuelve cuerdas las locuras.

Ya no suena aquel sonido, en sus pensamientos ya no estás. Ya la vida le ha enseñado, que fuiste un sueño y nada más.

Ya se desvanece, ya desaparece, ya por fin puede despertar. Ya la rabia contenida, encontró la puerta de salida.

Ya la tristeza ocupa su cabeza, ya el corazón no tiene condición. Ya la vida continúa, ya no tiene más fichas que jugar

Soñé que soñaba

Soñé que soñaba contigo. También que tú sueño era yo. Soñé que tu alma sentía, lo mismo que siento yo.
Soñé que tus manos tocaban, tus caricias, acariciaban, soñé que tus ojos veían, lo mismo que veo yo.
Soñé que besabas mi cara, tus manos rozaban mi piel, soñé que tu cuerpo quería, lo mismo que quiero yo.
Soñé con tu risa, con tus deseos, con mis anhelos, soñé que me sentías tan cerca, como te siento yo.
Soñé que soñaba y mi sueño eras tú. Tú y yo, nuestro sueño y aquello que sucedió.

Todo cabe

Todo cabe en el infinito, saltar, correr o ir pasito a pasito. Flotar en el aire, hacer figuras de papel, viajar en el tren de las nubes, sintiendo el viento en la piel.
Todo cabe en un sentimiento, querer, amar, colorear las cosas que van pasando, recibir a los que llegan, despedir ir a los que van marchando.
Cabe en un hola, la vecina, el quiosquero, el tacaño, unas risas y los amores de antaño.
Cabe también un corazón, las penas, las alegrías y el te amo que te regalo todos los días.
Todo cabe en una vida, un silencio, unos caminantes, un amigo, una tribu de mutantes, un parado en funciones, mis bondades, mis rarezas y un puzle de dos piezas
Cabe un sueño, un poeta, un amor y una cometa. Déjame Jeruzza, mirarte por dentro, llevarte por el aire y que el silencio nos salga al encuentro. Descubrir mi trovadora que la vida real, también tiene banda sonora.