La mordedura del invierno
va haciendo acto de presencia.
Visto lo que allí viví,
en nada se parece al infierno.
Su brillo, la textura de su color,
ese dejar caer las hojas.
Alfombra de bosque tupido,
manto monocolor.
Qué tranquila es la ocasión,
qué triste es la melodía.
Lo sé, porque ese momento
me sigue tocando el corazón.
El tiempo no deja de correr;
se ve incluso diferente.
Tristeza, viento y poca luz:
¡el otoño ya se deja ver!
©️ILS2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario