se filtran mil luces de colores,
luces que impregnan la pared,
de alegría y curiosos clarores.
El oleaje de las sombras,
y el vaivén de las cortinas,
dan esa hermosa sensación,
de coreografía de bailarinas
Es un canto de sirenas,
es el murmullo del viento.
Ese que llena cada día mi casa
de alegría en movimiento.
Un arcoíris de diamantes,
corales de mil colores.
Como reflejos de cristales,
que recubren mis paredes.
De todo esto guardo testigo,
y lo guardo para siempre.
Ya sea gritándolo al viento,
o entre las hojas de algún libro.
La envidia del barrio es mi casa,
intriga a vecinos y curiosos.
Esos que cada día madrugan,
esperando a ver lo que pasa.
Dios también quiso colaborar,
y cubrió todo esto de magia.
Aún no sé cómo explicar
pero la felicidad se contagia.
Coloqué en paredes y tabiques
espejos y adornos brillantes.
Así todo el barrio disfruta,
de esos reflejos elegantes
Para darle más intensidad,
grabé en la pared una estrella.
Pintada con tintas de colores,
me sirve para dejar mi huella.
Entre los poemas que escribo,
hay reflejos de brillantina.
Son canciones y melodías,
que dan belleza a ésta melodía.
©️ILS2022
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