Ni cuál es mi inspiración.
Quizás sea culpa de luna,
del amanecer o tal vez de las puestas de sol.
Ya se me olvidaron las pesadillas,
y no tengo secretos inconfesables,
ni disculpas baratas, desvelos
o pecados imperdonables.
Ya no colecciono relojes,
de esos que marcan las horas,
esas que cuentan los días,
esos que hacen los meses
y acaban los años.
No me arrepiento de los versos diversos,
de mi atrevimiento,
de mi desfachatez,
de seguir soñando despierto,
inventando otros universos.
Mi corazón se abrió de golpe,
y las sorpresas ya no me sorprenden,
los sueños ya son solo sueños.
Y no recuerdo a que venía esto.
Dejo bajo llave los disgustos,
los problemas y los sustos.
Vivo al día y reconozco que no quiero
arrepentirme de mi melancolía...
#ILS
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