Era una dama de extraña llegada, de fácil mentira y risa doblada.
Dama uniformada, de llanto interesado, pedigüeña, fría y hogareña.
Dama que no desiste, que no abandona, que mira su viaje de ida y vuelta, su cuota de perfume de moda.
Dama de alegre traición, sin reparos, motivos, ni corazón.
De careta sin costuras y oscuras intenciones.
Era la dama de las mil mentiras, de las mil sonrisas, caprichos, y engaños.
Continúa tú camino con tus manías, con tus extraños, con tú vida, con el paso de los años.
©ILS
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