no siempre suenan de mi lado.
Pero la cofradía del santo del día,
sabe que esto me lo he currado.
Creo que una buena solución,
fue irme a vivir con ella.
No tendría mejor ocasión,
era eso o apagar una estrella.
Las cartas no aciertan mi futuro,
parece que no llegue a fin de año.
Pero de lo que sí estoy seguro,
es de no ser ni ruin ni tacaño.
No quiero sonar rimbombante,
líbrame Dios de tal cosa.
No se trata de parecer pedante,
ni quitarte la belleza a una rosa.
La llama danzante de una vela,
sigue iluminando mi cielo.
Si acaso ayuda al centinela,
que lo oscuro cabe en un pañuelo.
Hoy todos mis pecados,
han decidido por consenso.
Que están muy ocupados,
y ahora me tienen indefenso.
Tardé con los rezos y juramentos,
que premiaban la inmortalidad.
Ahora cicatrices sin argumentos
justifican en parte mi libertad.
El pasado de mi memoria,
dice que tiene caña y carrete.
Mal puedo contar una historia,
si me perdí el banquete.
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