y sin pena ni llanto,
dejó ir todos sus sueños
con el agua jabonosa
del desagüe.
Olvidó aquellas fechas del calendario.
Olvidó su cara, su sonrisa
y cerró su corazón a cal y canto.
Ya no recuerda la sensación de la ternura,
esa inquietud que se instala en la boca del estómago.
Olvidó lo de prisa que corría la sangre,
los temblores que producen las ráfagas
del deseo y la dulzura.
Olvidó el amor y el cariño,
olvidó aquella rosa y el clavel.
El contacto de su mano en la suya,
olvidó que hacía noche en los pliegue de su piel.
Olvidó la poesía,
olvidó la pasión y la alegría.
Olvidó que una vez sintió,
que había encontrado el amor de su vida.
©ILS
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