Llegó tarde a tantas cosas,
que no supo como empezar.
Llegó tarde a la ocasión,
a su nacimiento,
a su boda, a su muerte
también a su reencarnación.
Llegó tarde a la vida,
llego tarde al amor.
Al control, a la meta,
y a la magia;
llegó tarde a la puesta de sol.
Llegó tarde al recuento,
llegó tarde al refrán,
¡Pero llegó!
Llegó tarde al encuentro,
al deshielo,
a la caída,
y al destierro.
Llegó tarde a la parranda,
a la fiesta del anochecer
y amaneció despierto.
Llegó tan tarde
que nunca supo soñar
como Dios manda.
©ILS
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