la niebla y la bruma,
el dolor y la alegría,
también el sol y la luna.
Estaban los amigos del cole,
la pandilla de toda la vida, algunos compañeros de antaño, y el amigo Juan, con toda su prole.
Estaba mi gato, que vale por dos, el portero del edificio,
el ascensorista y el Tato.
No faltaron los del equipo de fútbol, el grupo de teatro,
los colegas de cárcel
y algún que otro insensato. Estábamos todos y ninguno,
los cobardes y valientes.
Los visibles, los ausentes,
los decentes y los presentes. ¡Estaban todos, menos tú!