que cuando se reúnen los fantasmas,
festejan el año nuevo.
Soñando con volver a asustarlos,
moviendo muebles,
encendiendo y apagando
las luces de los viejos faroles.
Como candilejas en un escenario,
que iluminan la sala,
bailan múltiples siluetas.
Figuras danzantes,
sombras que cruzan la sala.
Risas y murmullos que se pierden, entre la bruma de un pasillo solitario.
Pintan en un lienzo de rayos infinitos, la figura de una sonrisa agujereada, de cara sucia y piel quemada.
Estremeciendo a los asustados habitantes, que buscan la luz de alguna estrella, para suavizar los miedos y temores.
La espesura pegajosa de la noche,
se hace cómplice de sus travesuras.
Rueda una pelota de trapo,
se balancea el caballito de madera,
y entre polvo y telarañas,
suenan pasos y cadenas
tras una sombra alargada.
Pero tú, marinero de una charca,
explorador de un metro cuadrado.
Desafías al miedo,
agarrado a su espada.
©️ILS2023
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