Con la pasión encendida,
sobrecogido por ésta batalla, doy por ganada la lucha, que se libra en tu mirada.
Vivo en un sueño de calma, entre un te quiero y un vuelve. Dándole ritmo a ese acorde, que sabe tocar en tú alma.
La razón y la suerte prendida, llanto de cálido abrazo, quiero beber de está fuente, que calma el dolor de mi herida.
Bajo la luz de la luna, no quiero ni cedo al olvido.
Reclamo al sueño divino, que vuelva y me muestre el camino.
Mi piel, que tiene memoria, conoce tu huella, y lo sabe.
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