Un día la suerte paso por mi lado y me saludó, ese
dia, te conocí.
Otro día el viento hizo una de las suyas y sopló,
sopló tan fuerte que un beso tuyo me alcanzó.
Una mañana el cielo se vistió de azul y salí a
volar, volé tan alto y tan lejos, que llegué a donde tú estás y me enamoré.
Qué extraña aquella noche, estaba tan oscura que
encendí la Luna para pasear de la mano contigo entre la bruma.
Desde aquel día, siempre tendré un tiempo para ti,
un pedacito de mi corazón, una parcela en mis sueños. Un mimo, una sonrisa, esa
palabra concisa.
Acudiré a tus llamadas, atenderé tus súplicas, te
haré partícipe de mis aventuras.
Un día detendré el tiempo para ti, desviaré los
vientos, pintaré de turquesa los océanos y haré más cercano el paraíso. Me
posaré en tu hombro y si quieres, regresaremos allí, a aquel rinconcito donde
te conocí.
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