Insistí hasta el último momento, me
queda la pena, pero no remordimiento.
Luché lo que no está escrito y me
encontré rechazo, falta de entendimiento.
El vacío se hace grande, el silencio atronador,
mi cama fría y el café sin sabor. Las paredes ya no me hablan, me falta el
aliento y aquel sueño, no me deja ni un momento.
Le envié risas y sonrisas, le envié
bobadas y carcajadas, las huellas de un frenazo, le envié también el resguardo
de un abrazo y pago muy caro, el sabor de un desprecio.
Intenté alegrarle la piel, colocarle
una sonrisa, regalarle aquel pastel. Pero el murmullo del viento, no me dejo ir
a su encuentro.
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