Estoy a un paso de la felicidad, a treinta minutos
de la locura, a quince metros del deseo y a un sueño de ti. A un grito, a un
mate, a sesenta segundos de un disparate.
Con mis escritos haré barquitos, con mis sueños un
avión, con mis manos un refugio y de mi vida una canción. Liberaré mi colección
de mariposas, mis soldaditos de plomo, a sus cuarteles en su caja de cartón.
Te robaré sonrisas, reciclaré tus abrazos y lavaré
con lejía las manchas que deja el dolor. Viviré con lo puesto y le haré trampas
a la muerte, puesto que no tengo vida de repuesto.
En mi próximo cambio de piel, me mimetizaré para
pasar algún ratito a tu lado. Exploraré
tus formas y soñaré una vez más que aquel sueño se hizo realidad.
Seré feliz, lo sé. Seré feliz porque me toca y
porque he preparado mi entorno para ello. Sé que viviré al filo de lo
imposible, al borde de la locura, al lado de mis amigos, cerca de la alegría.
Me acostaré cuando tenga sueño. Miraré las
estrellas antes de dormir y quizá, con el tiempo encuentre una que brille para
mi, una que por alguna razón me recuerde a ti.
Seré feliz porque me lo he propuesto y hoy, es un
buen día para empezar el resto de mi vida. Para ello, saldré de
mi letargo, regresaré al lugar donde nací, allí donde quiero morir. Construiré una
casita con mis manos, una casita de piedra, madera y cristal. Tendré un gato
que se llamara Paco. Dormirá cerca de mí y me hará compañía y la vida más fácil
En mi mochila llevaré solo mis pertenecías más
preciadas, la esencia de tu perfume, una de tus miradas y un recuerdo lejano.
No estarás tú, quizás tus recuerdos, los
sueños en los que te encontré, las cartas que una vez te escribí y el
poso de las noches que te amé Escribiré de esto, de aquello y de lo que surja y
no daré explicaciones a nadie sobre mis acciones.
Seré feliz porque si, porque me toca. La soledad
será mi compañía, viviré tranquilo y sin hacer ruido.
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