Los humanos, llamamos animales a los animales, cuando la realidad
es que los animales somos los humanos. Somos capaces de matar por matar, matar
por diversión, por venganza o por negocio.
Demonizamos a las orcas, llamándole ballenas asesinas,
demonizamos a los tigres, leones, cocodrilos o a los lobos. Pero ellos solamente
matan para comer.
Los mal llamados homo sapiens, organizamos batidas,
peleas de perros, peleas de gallos. Matamos elefantes por sus colmillos,
rinocerontes por unos supuestos poderes afrodisiacos de sus cuernos, a los gorilas,
y un largo etc.
Los toros, la llamada fiesta nacional, no dejan de ser un
sacrificio
En realidad nosotros somos los animales deshumanizados.
Este post, se me ocurrió escribir el día que vi en una página
una imagen que me impacto. Era de un rito y me di cuenta de la cantidad de
ritos crueles que tenemos los mal llamados humanos.
Todos los años, en la Península del Labrador y de Newfoundland, al
llegar la primavera, tiene lugar la mayor carnicería mundial de mamíferos.
Cientos de miles de focas, de entre 12 días y 12 meses de edad, mueren a golpes
para que su preciada piel, su grasa y sus penes lleguen al mercado occidental
como productos de lujo, dietéticos o afrodisíacos.
En Japón y también cada año, los pescadores de
Taiji, al sudeste del país, reúnen a cientos de delfines y los conducen a una
bahía de la que los mamíferos no pueden escapar, donde seleccionan varias
decenas de ejemplares para parques acuáticos y matan a los otros para vender su
carne.
Pero la palma de la crueldad se la llevan los
hindúes. En
el pueblo de Bariyarpur, en Nepal, durante unos días se convierte en el
matadero más grande del mundo. Es el festival de Gadhimai en el que devotos
hindúes sacrifican miles de animales, una ceremonia polémica donde las haya,
que sigue adelante a pesar de las campañas de los grupos animalistas para
acabar con esta práctica.
Esta “fiesta”, se realiza cada cinco años y desde
primera hora del viernes, y durante todo el día, los seguidores de la diosa
hindú Gadhimai matan a al menos 5.000 búfalos. Empuñando
el tradicional khukuri, una espada popular de Nepal, los fieles rebanan el
cuello de los animales con un sólo corte. Durante dos jornadas,
en Bariyarpur sólo se oyen los gritos de los matarifes y los de sus víctimas.
En su última edición en 2009, se calcula que fueron sacrificados 300.000
animales, una cifra que la Sociedad Humanitaria
Internacional, eleva a 500.000, el mayor sacrificio animal del mundo. Este año
se cree que la cifra será menor porque la campaña animalista ha sido más
intensa.
Los grupos en defensa de los derechos animales
llevan años denunciando esta permitida masiva matanza. Y a saber cuántas matanzas más hay en este
mundo sin que apenas lo sepamos
Así somos los mal llamados humanos, los que
supuestamente tenemos sentimientos. Pero no los sabemos utilizar.
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