Dicen que con la edad, algunos nos volvemos
protestones, y al menos mi hija apoya esta teoría, dice que yo estoy en
esa fase y cuando el rio suena supongo que algo de cierto habrá, pero
además de protestón, también con la edad me ha dado por hacer otras
cosas, algunas muy raras, cosas que jamás me imagine que podría llegar a
hacer; escribir.
Escribir me cuesta, no lo voy a negar, y para
ello, normalmente, me inspiro en fotografías que siempre me ha gustado
coleccionar, también suelo llevar en el bolsillo, una simple hoja de
papel o un bloc pequeño, en él anoto las tonterías que se me ocurren,
las cosas que veo o algo que escucho, todo me vale, luego en casa las
ordeno, les doy sentido e incluso color.
A veces, cuando no llevo
ese pequeño bloc y surge algo, una noticia en la tele, una canción o una
persona que veo por la calle, pillo lo primero que encuentro, una
servilleta o incluso lo escribo en el móvil como una nota recordatorio.
Al lado de mi ordenador y debajo de un pisa-papeles, tengo ya unas
cuantas servilletas y hojas de papel escritas con esas ideas. Algunas de
las cuales, muchas veces se quedan en eso, solo ideas y pasan a la caja
de las cosas susceptibles de olvidar.
Y cada noche, mientras veo y
no veo la tele, enciendo el ordenador, y me sumerjo en esa colección
de fotografías que tengo, mientras las miro, las clasifico, las
renombro, las escucho, les doy vida y me da por escribir. ¿Y que
escribo? Pues normalmente desarrollo esa idea que en un momento había
anotado en mi pequeño bloc, otras veces son tonterías, ñoñeces, cosas
que algún día imaginé o que me hubiera gustado hacer, incluso hablo de
sueños, de amigos y amigas imaginarias, historias tan extrañas como
irreales.
Ya he colgado algunas de esas ñoñeces en el facebook,
¿acaso no recordáis el relato de Lola, aquella niña rubia de ojos azules
que tenía un mastín, que era más grande que ella? ¿O la historia de
Paco, un ser diminuto y parlanchín, que convivía con mis sobrinas Uxue y
Ana?, esta historia tiene continuidad y pronto colgare la historia de
cómo Paco conoció a Lola y la bonita amistad que surgió entre ellos.
También he escrito una carta que me dicto Xiana, era una carta para su
primo Xoel, al que ya todos tenemos ganas de conocer, o el trato que
hizo Deborah con su futuro hijo.
Otras veces, se me da por escribir
cartas de protesta, de ahí lo de protestón, supongo, aunque yo creo que
más bien soy un indignado de sofá. Algunas protestas son contra las
estupideces políticas, otras descargo mi rabia contra Telecinco, cosa
que tampoco comparto con mi hija.
También he escrito alguna vez en
contra de la violencia de género, o en contra de la pena de muerte, de
los ahorcamientos públicos en Irán, del Burka, e incluso he narrado
vivencias mías, cosas que me han pasado.
Por algún lado de esta vorágine cibernética hay un blog en el que descargo esas tonterías, sueños, quejas y rabietas.
Me gusta escribir, y aunque solo yo lea mis cosas, me queda una agradable sensación que vale la pena.
I.L.S.
jajajaja gruñón, mira aquí ando leyendo de nuevo tus escritos uno a uno
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