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lunes, 19 de abril de 2021

Maldita pandemia

¿De quien fue la culpa? ¿En qué momento hicimos algo mal?
Qué sí un pangolín, qué sí los chinos o algún laboratorio que el experimento, se le fue de las manos. 
Quizá fue que pulsamos el botón equivocado, o aquella uva, que se nos atragantó, desencadenando ésta carallada.
Sea como fuere, tenemos que vivir con él. ¡Y vivimos con él!
Aprendimos a respirar lo exhalado, a sonreír con la mirada, a tener miedo, e incluso a ver con vaho. 
Tenemos las orejas de soplillo, y nos saludamos con el codo. Apenas conocemos a la gente y cambiamos de acera, cuando vemos a alguien, no lleva mascarilla.
Desinfectamos la compra, nos  lavamos las manos ochocientas veces al día, y escuchamos con asombro las estadísticas de brotes, el número de infecciones y defunciones, por culpa de éste virus del carajo.
Algunos procuramos respetar las normas, aunque muchos otros, se las pasan por el forro de los cojones. 
Ya estamos en la cuarta ola, en un túnel, al que todavía no le vemos el final. 
¿Qué pasará cuando ésto se acabe? ¿Saldremos a la calle como posesos a dar besos a todos bicho viviente? ¿O tendremos esa lógica desconfianza?
¿Conoceremos a los amigos sin mascarilla? ¿Sabremos dar un abrazo?. 

¡Próximamente en el Netflix real!

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