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domingo, 7 de diciembre de 2014

Esclavos del móvil



El otro día, cuando estaba en la cafetería a la que suelo acudir los fines de semana, para leer la prensa, tomar algo y ver alguna carrera de coches o motos, mientras escribía en el móvil, algo que en ese momento me había surgido, un amigo, se acerco a saludarme, y me dijo "eres un esclavo del teléfono" levanté la cabeza y le contesté si, uso el teléfono para muchas cosas. Me llegan noticias, escribo ideas, cosas que quiero recordar o hacer, estoy en contacto con mis amigos y con un simple clic estás haciendo una labor comercial que posiblemente el lunes o mañana o dentro de un mes te devuelva ese acto. ¿Somos esclavos del teléfono? Si. Pero ya no es sólo un teléfono es una agenda, es un escaparate portátil es lo que quieras que sea. Eso depende del uso que le des y esto solo acaba de empezar.
Es posible que el móvil tenga muy poco tiempo de vida. Ahora ya hay relojes que conectan a internet, acceden a la agenda, hacen las funciones de navegador GPS, etc. Pero imagínate dentro de un tiempo, no mucho, seguramente menos de lo que te imaginas, quizá llevemos implantado un chip detrás de la oreja. Este emitirá un sonido cuando recibas una llamada y en tu retina veras la fotografía o la imagen de quien te llama, tendrás acceso a su ficha, conocerás todo lo que la red conoce de él, sus aficiones, por donde se mueve, que páginas web visita, etc. Sabrás cual es su posición con respecto a ti, escucharas nítidamente la conversación.
Con un simple pensamiento, podremos acceder a la agenda de contactos, elegir uno, mandarle una foto que estamos viendo en un periódico en ese momento, llamarlo, conocer el estado de las carreteras, el tiempo. Leerás los periódicos, libros, recetas y miles de cosas más.
Y quizá ese amigo que me dijo aquello, en un plazo no muy largo de tiempo, sea esclavo de la ignorancia.

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