por aquí las horitas del tiempo.
Parece que nada detenga
su ritmo, ni tan solo un momento.
Tal vez hayas encendido
ese lucerito del alba.
El que cumple las penitencias,
con un perdón y una salva
Ya las cosas van cambiando
y no son como eran antes.
Las ausencias del pasado
son tan efimeras, como abundantes.
Supongo que lo que escribí
mañana no sirva de nada.
Pero creo que fue motivo
de alguna que otra carcajada.
Yo no tengo las respuestas
a las preguntas que me hace la vida.
No sé apagar la noche
ni tampoco encender el día.