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lunes, 29 de diciembre de 2014

Ritos, costumbre, sadismo, negocio



Los humanos, llamamos animales a los animales, cuando la realidad es que los animales somos los humanos. Somos capaces de matar por matar, matar por diversión, por venganza o por negocio.
Demonizamos a las orcas, llamándole ballenas asesinas, demonizamos a los tigres, leones, cocodrilos o a los lobos. Pero ellos solamente matan para comer.
Los mal llamados homo sapiens, organizamos batidas, peleas de perros, peleas de gallos. Matamos elefantes por sus colmillos, rinocerontes por unos supuestos poderes afrodisiacos de sus cuernos, a los gorilas, y un largo etc.
Los toros, la llamada fiesta nacional, no dejan de ser un sacrificio
En realidad nosotros somos los animales deshumanizados.
Este post, se me ocurrió escribir el día que vi en una página una imagen que me impacto. Era de un rito y me di cuenta de la cantidad de ritos crueles que tenemos los mal llamados humanos.
Todos los años, en la Península del Labrador y de Newfoundland, al llegar la primavera, tiene lugar la mayor carnicería mundial de mamíferos. Cientos de miles de focas, de entre 12 días y 12 meses de edad, mueren a golpes para que su preciada piel, su grasa y sus penes lleguen al mercado occidental como productos de lujo, dietéticos o afrodisíacos.
En Japón y también cada año, los pescadores de Taiji, al sudeste del país, reúnen a cientos de delfines y los conducen a una bahía de la que los mamíferos no pueden escapar, donde seleccionan varias decenas de ejemplares para parques acuáticos y matan a los otros para vender su carne.
Pero la palma de la crueldad se la llevan los hindúes. En el pueblo de Bariyarpur, en Nepal, durante unos días se convierte en el matadero más grande del mundo. Es el festival de Gadhimai en el que devotos hindúes sacrifican miles de animales, una ceremonia polémica donde las haya, que sigue adelante a pesar de las campañas de los grupos animalistas para acabar con esta práctica.
Esta “fiesta”, se realiza cada cinco años y desde primera hora del viernes, y durante todo el día, los seguidores de la diosa hindú Gadhimai matan a al menos 5.000 búfalos. Empuñando el tradicional khukuri, una espada popular de Nepal, los fieles rebanan el cuello de los animales con un sólo corte. Durante dos jornadas, en Bariyarpur sólo se oyen los gritos de los matarifes y los de sus víctimas.
En su última edición en 2009, se calcula que fueron sacrificados 300.000 animales, una cifra que la Sociedad Humanitaria Internacional, eleva a 500.000, el mayor sacrificio animal del mundo. Este año se cree que la cifra será menor porque la campaña animalista ha sido más intensa.
Los grupos en defensa de los derechos animales llevan años denunciando esta permitida masiva matanza.  Y a saber cuántas matanzas más hay en este mundo sin que apenas lo sepamos
Así somos los mal llamados humanos, los que supuestamente tenemos sentimientos. Pero no los sabemos utilizar.


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