No soy de esas personas que
cada semana, se opera de algo, de un cáncer por ejemplo y no se cual es el
protocolo a seguir después de dicha operación.
Yo pensaba, (iluso de mi),
que lo normal después de una operación era que el cirujano o alguien de su
equipo se sentaba contigo y te explicaba cómo había ido todo, cuales serian los
pasos a seguir y sobre todo que cambios y molestias podría tener de ahí en
adelante.
También creía que me dirían que
tratamiento me iban a dar y cuando. Pero mira, por lo visto las cosas no son
como las vemos en la televisión.
En el mundo real, la cosa es
diferente. En primer lugar, la operación siempre sale bien, y los
médicos, dan por hecho que eso ya tienes que saberlo, y no necesitas saber nada
más; solo esperar a que te llamen y punto pelota.
“Todo ha salido bien”, eso es lo único que me dijeron
desde que me operaron, y de eso hace ya tres meses y medio.
No sé si es por los dichosos recortes,
por dejadez o porque se creen que todos llevamos un medico dentro y lo
entendemos todo, quizás porque algunas cosas caen de cajón y ya se entienden
sin necesidad de explicar nada.
Ni que decir tiene que en
este tiempo de biopsias, gammagrafías, resonancias y analíticas varias, me he
encontrado de todo, descontrol, errores de unos, errores de otros, rapidez para
enviarme a casa y lentitud para otras cosas. Y nadie se para a explicar que me
han hecho y que me van a hacer.
A los nueve días de la
operación, fui al hospital a que me quitaran la sonda que llevaba puesta. ¿Y
esto de la incontinencia? ¿Dura mucho tiempo?, le pregunte, no, no te
preocupes, solo has de aprender a retener la orina me dijeron ¿y cómo?, le
volví a preguntar, has de hacer unos ejercicios apretando el culete como si
cortaras la meada, me dijo.
Eso es todo lo que me
dijeron, además de que, como no había llegado el informe de patología, me
llamarían para darme el resultado y supongo que el tratamiento. Todavía sigo
esperando
Ahora, tengo molestias que
antes no tenía, pero debe ser normal, porque si no me lo dirían. Al fin y al cabo es solo un cáncer, nada de lo
que me tenga que preocupar.
A fecha de hoy, tres meses y
medio después, y dos analíticas, todavía sigo esperando a que me llamen y
nadie, repito, nadie se ha dignado a contarme que sensaciones puedo tener, que
cambios puede haber en mi vida, cuáles pueden ser los daños colaterales y que
posibles soluciones pueden tener.
¿Qué pasa con la medicina?
¿Es culpable el gobierno porque les ha recortado la humanidad? ¿Es tan difícil
o tan caro, dedicarle a un paciente operado 10 minutos de su tiempo y sacarle
de todas las dudas que éste pueda tener?
Tienes toda la razón del mundo en tu indignación. Como si ya no tuvieras bastante con tener una enfermedad como para que encima, las personas que te deben lar explicaciones y tranquilidad no lo hagan o no lo hagan bien. No tengo ni idea si es por los recortes o simplemente es por pasotismo o mala formación, seguro que será una mezcla de todo.
ResponderEliminarAnimo en tu lucha diaria.
besos