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domingo, 31 de agosto de 2014

Mi regalo de cumpleaños



Era un día como otro cualquiera, la víspera de mi cumpleaños y no tenía nada especial que hacer. Quizás planificar el día siguiente, la comida con unos amigos y poco más, pero en cinco segundos, mi día cambio por completo. Un mensaje hizo el milagro. Estoy aquí, ¿nos vemos? ¿Tomamos algo?
Siempre me gusto ponerle cara a la gente con la que hablo, pero a algunos, además de cara me gusta ponerle también voz y ese día además de cara y voz, le puse risas, sonrisas, alegría, le puse tacto, olor  y mil cosas más que no sabría describir sin llegar a pensar si ha sido un sueño.
Son esas pequeñas cosas que surgen de la espontaneidad, de lo no planificado, de la sencillez, de la verdadera felicidad.
Fueron aproximadamente cien minutos, quinientas sonrisas, diez abrazos, incontables miradas, besos y varios “todavía no me lo creo”.
Fueron aproximadamente cien minutos muy cortos, casi como segundos, pero cien minutos dulces, intensos y los cien minutos de más nervios que recuerdo en mucho tiempo.
Hablamos y hablamos, reímos y no paraba de decirme, de describirme la belleza que veía, que por fin le ponía olor a las fotos, que alguna vez yo le había mandado, describiéndole el pueblecito donde nací y a donde suelo acudir los fines de semana.
Le debía un escrito, le debía, le debía una canción. Ahora, además, le debo un viaje, un libro encuadernado por mí, le debo mi amistad y lealtad.
Estábamos en primero de amigos, creo que aprobamos con nota. Ahora es una amiga especial
Su mirada es clara, su voz directa, su alegría contagiosa. Decidida, exigente, fuerte y echada palante como decimos aquí. Es de esa gente que gana en las distancias cortas, su trato es cercano, alegre y ameno. A su lado, la realidad, supera a la ficción
Guardaré tu sonrisa, hasta que vuelva a verla, me colgare en tus recuerdos y pondré en marcha la cuenta atrás.
Venderé mis acciones del cielo, y te devolveré la visita, te regalare mi tiempo, y si me atrevo, cantaré junto a ti esta canción “Suelo detenerme frente algún espejo, porque en el reflejo siempre estas ahí.
Suelo andar de noche como un vagabundo, naufragando ciego en este mar profundo de sentirte tanto y no tenerte aquí”.
Gracias Diana por tu regalo y hoy desde aquí te deseo un muy, muy “FELIZ CUMPLEAÑOS”

domingo, 24 de agosto de 2014

Besos Voladores




Xiana y Xoel, en su imaginación, tienen una nave voladora y todos los días, juegan que se van a cazar besos voladores.
Los besos voladores, son muy pequeños, son como colibrís, tienen unas alas muy cortitas y las mueven de una forma increíblemente rápida, a una velocidad vertiginosa, son muy ágiles, y hay que estar muy atento y ser muy astuto para cazarlos.
Después de cenar y antes de irse a la cama, cada tarde-noche, que es, según ellos, la mejor hora, porque los besos salen a pasear, se van a su habitación y se meten dentro de una caja de cartón que su abuelo les ha preparado y pintado para tal fin. Ya con sus pijamas puestos, se enfundan sus viseras y unas gafas de bucear y de esta guisa, deciden salir en su nave, salen a la caza de esos besos tan especiales.
Xiana es la que conduce y Xoel, se encarga de lanzar una especie de malla que los envuelve en pleno vuelo.
Se suben en su nave, se acomodan, ponen los cinturones de seguridad, se miran, sonríen y pone la nave en marcha. Ésta empieza a volar, flotando en el aire, ligera pero rápida, fácil de manejar.
Hay miles, millones de besos voladores revoloteando en el cielo, son muy escurridizos y muy difíciles de cazar, pero Xiana y Xoel, son más listos que ellos.
Xiana, detiene la nave voladora detrás de una nube y espera que alguna bandada de ellos se acerque lo suficiente.
Ahí vienen, prepárate para disparar, le dice Xiana a Xoel cuando ve que algunos se aproximan en su dirección.
Xoel, calcula la trayectoria y se prepara para disparar. Aprieta un botón y sale disparada la malla que lo envuelve.
Premio ya tenemos otro más, gritan y saltan de alegría, lo meten en una canasta junto con el resto de los besos.
Cuando dan por acabada la cacería, regresan a casa y después de guardar la nave, cuentan los besos que han cazado.
Mama, mama, papa, hoy cogimos  53, fue un buen día de caza. Pero lo más bonito es que después de contarlos los sueltan.
Es, estupendo ver cómo, Xiana y Xoel en su imaginación se divierten viendo como esas ciento seis alas se agitan casi al unísono, se quedan mirando cómo salen volando, como intentan ponerse a salvo. Ellos  se miran y se ríen, mientras con la mano les dicen, hasta luego, porque saben que mañana volverán a cazarlos.
 


FIN

domingo, 17 de agosto de 2014

No sé porque



 


















No sé porque, pero hoy me dio por extrañarte.
Tenía ganas de pasar contigo un buen rato, un café, dos o quizás una tarde.
Recostarme junto a ti, acampar bajo tu falda, sentir tu respiración, el roce 
de tus manos en mi piel y trasnochar en tus deseos.
No sé porque, pero hoy quería perseguir junto a ti un amanecer, pasear por las calles del barrio, comer en aquel pequeño bar, como hacíamos antaño. Ya sabes que me gusta lo prohibido, viajar de noche, soñar de día.
No sé porque, pero a tu lado, hasta el orgullo se me enternece, hago vida en el presente, despierto esperándote, deseándote. Te busco entre la gente, atravieso el viento. Luego, cuando te encuentro, nos tomamos de la mano y echamos a volar
No sé porque. Será que estamos hechos de pedazos. Los míos, los tuyos, los nuestros. Será que lo nuestro solo dura eternamente, Y en medio de tanto lio, desordenas mi caos, mi vida.
Porque hace tres o cuatro vidas, que te espero. Y me conformaría con vivir contigo, una vida y media
No sé porque, pero tal vez no seas tú, la mujer de mi vida, o quizás no seas la mujer de mi muerte. Y no sé porque, pero solo escucho tus silencios, perdono mis errores y guardo tus secretos.

viernes, 8 de agosto de 2014

Menos mal que soy como soy



 










Si no fuera tan raro, tan poco común, tan no se que, vería Cuatro, me gustaría Telecinco, Factoría de Ficción, Divinity  o cualquiera de las  cadenas de la productora Mediaset, con sus programas divertidos, amenos e incluso culturales.
Iría al plató de Sálvame, un día sí y otro también, coleccionaría los autógrafos de Jorge Javier y de todos sus colaboradores. Que ilu. Tendría en mi habitación un poster tamaño natural de Belén Esteban.
Si no fuera tan raro, me presentaría a los casting de Gran Hermano, o al de Hombres, Mujeres y viceversa. Seria fan de Paquirrín, o de Rafa Mora.
Vería de cerca a ella, a la gran Mercedes Milá, a María Patiño, al mismísimo Matamoros, e incluso a Kiko Hernández.
Si no fuera tan extraño, estaría tranquilo, podría, cuando los tuviere, solucionar mis problemas matrimoniales en un plató, también podría pedirle perdón a esa persona que un día le fallé o si llegara el caso, recuperar a mi pareja.
Estaría en primera fila para ver a los famosos, a esos que cada día nos amenizan las mañanas, las tardes y las noches. Esos que desinteresadamente acuden a un plató para hablar de sus proyectos, trabajos, de sus discos, de su próximo libro, o su futura exposición pictórica.
Si no fuera tan raro, dejaría de ver debates improductivos, discusiones bizantinas, mentiras, necedades y fiestas de guardar. No me entretendría con películas sosas, sin argumento y no vería más los pesadísimos documentales de la Dos.
Menos mal que soy extraño, raro y creo que tengo la cabeza en mi sitio, tengo dos dedos de frente o más  y una coherencia bastante razonable.
Menos mal, que soy como soy.

domingo, 3 de agosto de 2014

Emocionarse



Emocionarse al ver a mi ahijado el día de su boda, junto a Deborah, su ahora mujer, elegantes, guapos, felices y pletóricos.
Ver al enano, que apenas entendía que estaba pasando, llamarle guapa a su madre, luego, bailando con su padre, correteando de un lado para otro, haciendo las monerías que lo caracterizan, alegre, dicharachero y parlanchín.
Emocionarse al ver a mi hija, su prima, su amiga del alma, su cómplice, con lágrimas en los ojos. Temblado después de cantarle una canción.
Emocionante fue escuchar a Raquel, o a la hermana de la novia leer cada una su carta, con palabras entrecortadas por la emoción, por los nervios. Cartas cargadas de sentimientos, que entre lágrimas fueron poco a poco describiendo sensaciones, cariño
Emocionarse fue asistir a una boda así, joven, pero estando presentes los ausentes, amigos, familiares, los nuevos miembros de la familia, que son muchos.
Para que queréis más detalles. Copas, risas, excesos. Como va a caber tanta alegría en una canción
Gracias Ina. Gracias Debo, como aquí, os llamamos. Gracias por ser tan felices y transmitirlo de esa manera.