¿Te
has planteado alguna vez el porqué de la colocación de las cosas en una gran
superficie? ¿De porque suelen estar a las afueras de la ciudad, cerca casi
siempre de una gasolinera?
Todo
está estudiado hasta el más mínimo detalle. A esto se llama merchandising y son una serie de
técnicas que tratan de conseguir que compremos más.
El pan siempre se pone al final, al
fondo del todo, para que esa gente que solo iba a comprar pan, tenga
que recorrer todo el establecimiento, atravesar largos pasillos con estanterías
repletas de alimentos, seguro que algo veras que se te había olvidado, o que
por su color, forma o precio, hará que
lo metas en el carro, ya has caído en su estrategia.
¿Y
nunca os habéis dado cuenta de que de vez en cuando cambian todo de sitio?
Sencillamente es para que no vayas a tiro fijo, quieren que des vueltas y
vueltas, buscando ese producto, y pasarás por delante de otros que a ellos les
interesa.
La
disposición de las estanterías. La posición de los artículos en según
qué lado del pasillo. El aire acondicionado
a su temperatura idónea.
La
música juega un papel crucial, en las horas de baja afluencia, ésta suele ser
pausada, para que nos tomemos la compra con calma y nos demoremos más tiempo y
en los momentos de mayor afluencia de público, la música es más animada con el
objetivo de que los clientes se muevan más rápidamente y concluyan antes sus
compras.
La
colocación de los artículos a una altura determinada, según sea el consumidor,
adulto o niño. La intensidad
lumínica, los colores, etc., son manipulados para estimular nuestro impulso
comprador, para que compremos más.
Los
productos lácteos y otros productos esenciales están al final del todo, para
obligarnos a recorrer toda la superficie comercial.
Los artículos
que quieren que compremos, estarán puestos a la altura de nuestros ojos. Las
marcas más caras, ocupan la parte superior de las estanterías, mientras que las
más económicas están en la parte inferior.
Los
destinados al público infantil, como los cereales, están en la parte baja, a la
altura de los ojos de los más pequeños.
Los colores
cálidos atraen al cliente al punto de venta, mientras que los colores fríos
fomentan la contemplación y las ventas. Con lo que, utilizan colores cálidos
para el exterior y colores fríos para el interior.
La mayor
parte de las grandes superficies fuerzan al cliente a moverse de derecha a
izquierda. Así, los productos más “tentadores” están casi siempre colocados a
mano derecha.
Los precios
terminados en 5,7 y 9 atraen más al comprador.
Normalmente,
los carritos se desvían ligeramente hacia la izquierda. Esto obliga a
sujetarlos con la mano izquierda, con lo cual la derecha queda libre para
alcanzar cómodamente los productos.
¿Y qué me decís
de las cámaras? ¿Pensáis que son para vigilar la seguridad? No, están para
observarnos, para estudiar nuestra conducta, para ver cómo nos comportamos ante
un determinado producto. Estudian cómo y que compramos y cuanto tiempo
permanecemos dentro. Esto les dará una valiosa información para futuras
estrategias, porque en
el súper, señores, nada es casual.
Interesante y revelador tu post.
ResponderEliminarbesos