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miércoles, 12 de febrero de 2014

Consumo, gusto



¿Te has planteado alguna vez el porqué de la colocación de las cosas en una gran superficie? ¿De porque suelen estar a las afueras de la ciudad, cerca casi siempre de una gasolinera?
Todo está estudiado hasta el más mínimo detalle. A esto se llama merchandising y son una serie de técnicas que tratan de conseguir que compremos más.
El pan siempre se pone al final, al fondo del todo, para que esa gente que solo iba a comprar pan, tenga que recorrer todo el establecimiento, atravesar largos pasillos con estanterías repletas de alimentos, seguro que algo veras que se te había olvidado, o que por  su color, forma o precio, hará que lo metas en el carro, ya has caído en su estrategia.
¿Y nunca os habéis dado cuenta de que de vez en cuando cambian todo de sitio? Sencillamente es para que no vayas a tiro fijo, quieren que des vueltas y vueltas, buscando ese producto, y pasarás por delante de otros que a ellos les interesa.
La disposición de las estanterías. La posición de los artículos en según qué lado del pasillo. El aire acondicionado a su temperatura idónea.
La música juega un papel crucial, en las horas de baja afluencia, ésta suele ser pausada, para que nos tomemos la compra con calma y nos demoremos más tiempo y en los momentos de mayor afluencia de público, la música es más animada con el objetivo de que los clientes se muevan más rápidamente y concluyan antes sus compras.
La colocación de los artículos a una altura determinada, según sea el consumidor, adulto o niño. La intensidad lumínica, los colores, etc., son manipulados para estimular nuestro impulso comprador, para que compremos más.
Los productos lácteos y otros productos esenciales están al final del todo, para obligarnos a recorrer toda la superficie comercial.
Los artículos que quieren que compremos, estarán puestos a la altura de nuestros ojos. Las marcas más caras, ocupan la parte superior de las estanterías, mientras que las más económicas están en la parte inferior. 
Los destinados al público infantil, como los cereales, están en la parte baja, a la altura de los ojos de los más pequeños. 
Los colores cálidos atraen al cliente al punto de venta, mientras que los colores fríos fomentan la contemplación y las ventas. Con lo que, utilizan colores cálidos para el exterior y colores fríos para el interior. 
La mayor parte de las grandes superficies fuerzan al cliente a moverse de derecha a izquierda. Así, los productos más “tentadores” están casi siempre colocados a mano derecha.
Los precios terminados en 5,7 y 9 atraen más al comprador.
Normalmente, los carritos se desvían ligeramente hacia la izquierda. Esto obliga a sujetarlos con la mano izquierda, con lo cual la derecha queda libre para alcanzar cómodamente los productos.
¿Y qué me decís de las cámaras? ¿Pensáis que son para vigilar la seguridad? No, están para observarnos, para estudiar nuestra conducta, para ver cómo nos comportamos ante un determinado producto. Estudian cómo y que compramos y cuanto tiempo permanecemos dentro. Esto les dará una valiosa información para futuras estrategias, porque en el súper, señores, nada es casual.


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