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domingo, 22 de septiembre de 2013

El Otoño



Se acaba septiembre, se acaba el verano, se acaban las vacaciones, la playa, las fiestas, las cervecitas en la terraza, los Gin Tonics y el trasnocheo.

Regresamos al trabajo, al gimnasio, comienza la vuelta al cole, los madrugones, las actividades extra escolares, los exámenes, la selectividad  y como no, los coleccionables.

Comienza el otoño, la primavera al revés, crecen las noches y el calor deja paso al frio. Los días empiezan a acortarse. Atrasamos los relojes, la noche anochece antes, las temperaturas descienden y amanece más tarde.

El tiempo, sabiamente nos prepara poco a poco para un quizás duro invierno. Viene el otoño, que estará con nosotros ochenta y nueve días y veinte horas. Estación puente entre la fogosidad del verano y el recogimiento del invierno.

Las hojas de algunos árboles cambian de color, el bosque se tiñe de tonos  verdes,  marrones, amarillos y rojizos, hojas que se secan y ayudadas por el viento, acaban por caer, cubriendo el bosque con una alfombra marrón.

La nostalgia nos envuelve en una tristeza empapada de belleza, la paz se respira, se palpa, se siente en otoño. Paz que invita a pasear al atardecer, escuchar el crujido de las hojas, el silencio roto por el viento, es una sensación de tranquilidad difícil de describir.

Es una estación cálida, de una belleza tenue, contradictoria, silenciosa y fresca. Es época de castañas, de manzanas, de naranjas, se recogen las piñas, se corta madera para en invierno, se cosecha el girasol, la vendimia está en pleno apogeo. Es tiempo de setas, de magostos. Es tiempo de cambios. Es otro tiempo.

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