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domingo, 9 de junio de 2013

Un sueño húmedo



Me habías hablado de tu país, de sus ríos, de sus lagos y esa noche por instinto, soñé con ello, soñé contigo.
Soñé que me cambiaba de estado, que me volvía líquido, transparente, un poquito más espeso que el agua. Soñé que me mezclaba con las aguas de aquel rio y decidí dejarme llevar por su  corriente, quería recorrer  tu país, tu mundo, te buscaba a ti.
En mi camino sentí la felicidad de unos niños que jugaban balanceándose con una cuerda para luego dejarse caer al agua. Chapoteaban y reían sin parar.
Seguí flotando llevado por la corriente y llegue a un pueblecito. En el paseo fluvial una pareja de enamorados sentados en un banco mostraban su amor cogiéndose de las manos, besándose y riéndose. Dos pescadores pasaban la tarde.
Recorrí muchos kilómetros dejándome arrastrar por el balanceo de las frías aguas.
Al fin llegue a un lago, era un sitio precioso, rodeado de enormes arboles, y algunas casas a sus orillas, pero yo seguía buscándote, así que continué  avanzando, me acerque a la orilla, mirando si estabas, hasta que al fin te descubrí, estabas bañándote, llevabas un biquini rojo, me puse muy contento y apure el ritmo para llegar cuanto antes a tu lado.
Al llegar te rodeo con mi corriente y juego con tu pelo, te abrazo, puedo tocar todo tu cuerpo a la vez, es una sensación increíble.
Tu sin date cuenta me respiras, me tocas, juegas conmigo, yo  te salpico, te sujeto mientras flotas en mí,  te siento, te abrazo, observo tus formas, las envuelvo suavemente, te miro a los ojos y en ellos veo dulzura. Me cuelgo en tu mirada, me cuelgo en ti.
Luego despierto y descubro que tu estas a mi lado. Soy feliz

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