Hace ya unos
meses, bastantes ya, vi una foto en internet que llamo mi atención y leí la
historia. Era sobre un gallo que vivió sin cabeza durante un tiempo. En su día,
quise escribir sobre ella, busque información, la guarde, pero cosas de la
vida, se me fue la cabeza y quedo en el olvido. Hoy, casualidades de la vida, volví
a ver la misma foto, así que os cuento la historia.
Esto se remonta a
1945, en Fruita, una pequeña ciudad de de Colorado (Estados
Unidos) donde un granjero
llamado Lloyd Olsen
fue a buscar un pollo para la cena y eligió a uno de los más cebados y una vez
todo listo, levanto el hacha y asesto un golpe certero en el cuello del pobre
gallo, pero cuál fue su sorpresa cuando el gallo descabezado, se incorporo y
caminando como si nada, se volvió al corral con las demás aves.
Mike, que así se llamaba el susodicho gallo agitaba
sus plumas, e intentaba esconder lo poco que quedaba de su cabeza bajo el ala. Incluso
quería piar, pero el sonido que salía de su cuello, no se parecía en nada a lo
que normalmente suelen hacer.
Al día siguiente el Sr. Olsen volvió al corral y se quedó maravillado. El gallo seguía vivo y pensó que aquello era digno de conservarlo, así que comenzó a alimentarlo y darle de beber con una pipeta. Paso una semana y el dueño del gallo, asombrado ante la situación, llamo a Salt Lake City para que fuera estudiado por los científicos de la Universidad de Utah.
Al día siguiente el Sr. Olsen volvió al corral y se quedó maravillado. El gallo seguía vivo y pensó que aquello era digno de conservarlo, así que comenzó a alimentarlo y darle de beber con una pipeta. Paso una semana y el dueño del gallo, asombrado ante la situación, llamo a Salt Lake City para que fuera estudiado por los científicos de la Universidad de Utah.
Los científicos estudiaron caso del gallo descabezado
y la explicación fue sencilla: el golpe nada certero le había dejado intactas
la yugular, gran parte del cerebro y un oído. «Que viva es posible si el corte
no daña la masa encefálica, aunque ojos, pico, lengua y oídos queden
destruidos, y si sólo afecta a los vasos secundarios», afirma Indalecio Ruiz
Calatrava, profesor de Veterinaria de la Universidad de Córdoba. «De este modo,
la hemorragia podría superarse, y si se le da de comer manualmente, a través de
la abertura, el animal podría vivir durante un tiempo».
Y así lo hizo el granjero, alimentaba a Mike con
granos de maíz y leche, y este, en vez de desfallecer, fue ganando peso. De
poco más de un kilo pasó a los 3,5 en apenas unos meses. Pero la cosa no quedó
ahí. El Sr. Olsen comprendió que podría beneficiarse y decidió exhibirlo por
todo el país presentándolo como un auténtico milagro. Se pagaban más de 25
centavos por verlo correr y observar su cabeza flotando en un frasco de formol.
Llegó a ganar 4.500 dólares al mes.
La revista Life, se hizo eco de la noticia y se cuenta
que muchos granjeros hicieron lo mismo, pretendiendo que su gallo también quedara
vivo después de asestarle el hachazo. Se dice que uno si lo consiguió, pero
solo llego a vivir 11 días frente a los 18 meses que vivió el gallo Mike, que murió
de asfixia en marzo de 1947 al atragantarse con unos granos de maíz. Pero su fama
fue tal, que la cuidad de Fruita decidió en 1999 celebrar un día en su honor. Y
cada tercer domingo de mayo se organizan unos juegos cuyos protagonistas son
los pollos. Incluso se ha editado un libro con sus mejores fotos y una
escultura con su nombre se levanta en pleno centro de la ciudad.
Boas,pois máis que curioso,a mín parececheme macabro,aparte de repugnante facer con iso un espectaculo. psdata:Nova tira de semana santa http://virgueriasilustradas.blogspot.com
ResponderEliminarQué historia más curiosa!!! Nunca la había ni leído ni escuchado.
ResponderEliminarLa vida está llena de cosas raras, raras.
Besos