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lunes, 1 de abril de 2013

La historia del gallo Mike



Hace ya unos meses, bastantes ya, vi una foto en internet que llamo mi atención y leí la historia. Era sobre un gallo que vivió sin cabeza durante un tiempo. En su día, quise escribir sobre ella, busque información, la guarde, pero cosas de la vida, se me fue la cabeza y quedo en el olvido. Hoy, casualidades de la vida, volví a ver la misma foto, así que os cuento la historia.
Esto se remonta a 1945, en Fruita, una pequeña ciudad de de Colorado (Estados Unidos) donde un granjero llamado Lloyd Olsen fue a buscar un pollo para la cena y eligió a uno de los más cebados y una vez todo listo, levanto el hacha y asesto un golpe certero en el cuello del pobre gallo, pero cuál fue su sorpresa cuando el gallo descabezado, se incorporo y caminando como si nada, se volvió al corral con las demás aves.
Mike, que así se llamaba el susodicho gallo agitaba sus plumas, e intentaba esconder lo poco que quedaba de su cabeza bajo el ala. Incluso quería piar, pero el sonido que salía de su cuello, no se parecía en nada a lo que normalmente suelen hacer.
Al día siguiente el Sr. Olsen volvió al corral y se quedó maravillado. El gallo seguía vivo y pensó que aquello era digno de conservarlo, así que comenzó a alimentarlo y darle de beber con una pipeta. Paso una semana y el dueño del gallo, asombrado ante la situación, llamo a Salt Lake City para que fuera estudiado por los científicos de la Universidad de Utah.
Los científicos estudiaron caso del gallo descabezado y la explicación fue sencilla: el golpe nada certero le había dejado intactas la yugular, gran parte del cerebro y un oído. «Que viva es posible si el corte no daña la masa encefálica, aunque ojos, pico, lengua y oídos queden destruidos, y si sólo afecta a los vasos secundarios», afirma Indalecio Ruiz Calatrava, profesor de Veterinaria de la Universidad de Córdoba. «De este modo, la hemorragia podría superarse, y si se le da de comer manualmente, a través de la abertura, el animal podría vivir durante un tiempo».
Y así lo hizo el granjero, alimentaba a Mike con granos de maíz y leche, y este, en vez de desfallecer, fue ganando peso. De poco más de un kilo pasó a los 3,5 en apenas unos meses. Pero la cosa no quedó ahí. El Sr. Olsen comprendió que podría beneficiarse y decidió exhibirlo por todo el país presentándolo como un auténtico milagro. Se pagaban más de 25 centavos por verlo correr y observar su cabeza flotando en un frasco de formol. Llegó a ganar 4.500 dólares al mes.
La revista Life, se hizo eco de la noticia y se cuenta que muchos granjeros hicieron lo mismo, pretendiendo que su gallo también quedara vivo después de asestarle el hachazo. Se dice que uno si lo consiguió, pero solo llego a vivir 11 días frente a los 18 meses que vivió el gallo Mike, que murió de asfixia en marzo de 1947 al atragantarse con unos granos de maíz. Pero su fama fue tal, que la cuidad de Fruita decidió en 1999 celebrar un día en su honor. Y cada tercer domingo de mayo se organizan unos juegos cuyos protagonistas son los pollos. Incluso se ha editado un libro con sus mejores fotos y una escultura con su nombre se levanta en pleno centro de la ciudad.






2 comentarios:

  1. Boas,pois máis que curioso,a mín parececheme macabro,aparte de repugnante facer con iso un espectaculo. psdata:Nova tira de semana santa http://virgueriasilustradas.blogspot.com

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  2. Qué historia más curiosa!!! Nunca la había ni leído ni escuchado.
    La vida está llena de cosas raras, raras.

    Besos

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