Al llegar a casa, la luz del salón seguía encendida pero
tú no estabas, te llame, y no hubo respuesta, escuche una suave música que
venía de la parte de arriba, de nuestra habitación. Así que, deje mis cosas y sin
hacer mucho ruido, subí las escaleras.
Allí estabas, con la luz encendida, pero dormías plácidamente,
sin percatarte de mi llegada. Me senté a
tu lado, al borde de la cama, deslicé
mi mano por tu espalda, intentando meterme en tu sueño, queriendo sumergirme en él.
Te miro
mientras duermes, observo tu belleza, las formas de tu cuerpo, escucho tus gestos y beso tu alma,
allí, donde tus sueños trasnochan. Trepo por ellos, me cuelgo de tus
pensamientos y justo al borde de tu corazón, quiero pensar que hay
horas eternas y noches que no quieren terminar, porque tú, prolongas mis periodos de felicidad.
Con mi
dedo recorro tu espalda y pinto un corazón, luego lo
beso, despacio, muy despacio, sin apenas tocar tu piel. Al hacerlo noto como te
estremeces, continuo besándote, explorándote,
recorriendo con mis labios, toda tu espalda cual explorador, buscando nuevos recovecos, palmo
a palmo, descubriendo esos pequeños surcos todavía desconocidos, dibujándolos
en mi mente, aprendiéndolos de memoria.
Con
mucha calma, sin dejar nada por escudriñar, me empapo de ti, tu cuerpo se
convulsiona a cada beso, tu piel se estira, el bello se pone de punta.
Despiertas y te giras dejando al descubierto tus senos. Me miras, te miro, me
sonríes, invitándome a seguir.
Beso
tu frente, tu sien, tu cara, tu cuello, bajo con mis labios hasta tus senos. Los
besos son cortos, pero muy, muy juntos y
a cada beso, tu piel se estremece más y más, tu barriga tiene espasmos,
contracciones de placer. Besos y más besos.
Cierras
los ojos y con los pies empujas las sabanas hacia abajo, dejando tu cuerpo
desnudo al descubierto, recorro tus formas, saboreo tu piel, me pierdo en ella.
Te
incorporas, me abrazas, me besas y comienzas a desabrochar mi camisa. Botón a
botón, despacio vas dejando al descubierto mi torso, besas mi cuello, mi pecho,
mis hombros, mis labios y me fundo en ti, y hacemos el amor, convirtiendo ese
momento en un momento mágico, en otro de tantos momentos mágicos que cada dia
me regalas.
Porque
te quiero, porque me gusta tu modo de abrigarme el corazón, porque tus abrazos me llenan el alma, te quiero por qué no sé hacer otra cosa, porque te has quedado a vivir
en mis pensamientos.
Porque
esto, mi amor, se acerca a lo que yo
simplemente soñé y solo sé que si no existieras, te inventaría.
Qué bonito!!!
ResponderEliminarQué dulce expresión: colgarse en sus sentimientos.
ResponderEliminarUn beso.
Me emociona, sentirme tan amada......
ResponderEliminarsi no existieras, te inventaria.