Las botas picudas

Hace ya unos meses vi una foto en internet, precisamente esta que hoy expongo. Fue una foto que guarde porque me llamo la atención. Y he de confesar que pensé para mí, Jo, que horterada. Y no hace mucho volví a toparme con la misma foto, pero esta vez era en el artículo de una revista. Se titulaba “la tribu de las botas picudas” y lo leí. Trataba sobre siete chicos, Eric, Pascual, Ángel, Luis Fernando, José Miguel, Arturo y Eduardo, chicos de entre 17 y 23 años que viven al norte de México, cerca de la frontera con Estados Unidos. Una zona machacada por la delincuencia, crimen organizado, mafias de la droga  y muchos jóvenes recurren a estas para ganar un dinero fácil, tienen como argumento que prefieren vivir cinco años como rey y no cincuenta como buey.

Estos siete chicos viven en Matehuela, una ciudad al norte de México, una ciudad con pocas expectativas laborales y estos chicos han hecho piña, han creado un grupo de baile, los parranderos y se ganan la vida actuando en bodas, fiestas de quinceañeras y demás. Una especie de espectáculo donde ellos son los actores.

Ellos mismos diseñan sus atuendos. Atuendos que le cuestan casi 400 euros, cantidad excesiva para ellos, con lo que organizan concursos de baile, con premios en metálico, para poder costearse la ropa. sus atuendos, el típico sombreo vaquero,  un pantalón vaquero, adornado con llamativas tachuelas, una camisa también vaquera y unas botas que han ido modificando con el tiempo, le han añadido una terminación en punta, que va desde los 20 cm hasta los dos metros.

Se reúnen tres días a la semana para ensayar el show, la vestimenta, los pasos de baile para sus actuaciones

Actuaciones que asemejan a peleas de gallos, los bailarines empiezan a saltar, a veces coordinan los movimientos de sus brazos, otras parecen enfrentarse entre ellos. Golpean el polvoriento suelo de la discoteca al ritmo de una música mezcla de sonidos aztecas, africanos y electrónicos.

Este artículo ha hecho que vea a estos siete muchachos que han rechazado la droga, la delincuencia, como  sobrevivientes en un mundo difícil.