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lunes, 1 de octubre de 2012

Una Historia de amor II



El encuentro


Un ruido extraño, como un cuac lo despertó, se había quedado dormido, soñando con este encuentro. Miró la pantalla del portátil y sus ojos se abrieron como platos, estaba leyendo un [privado global] que le decía “hola cariño” no se lo podía creer, era ella. De un salto se incorporó, miro el reloj  del portátil y se dio cuenta de que llevaba 6 horas en Mendoza y se había quedado dormido, todavía no había salido del hotel y todos aquellos paseos y recorridos, habían sido un sueño.
Hola cielo, le contesto, perdona, me he quedado dormido le dijo ¿Qué tal estas? pregunto, intentando controlar la conversación, llevarla a su terreno.  Ahora bien, le dijo, esperando desde hace un rato tu respuesta; si ya veo que has entrado hace quince minutos, discúlpame mi amor, estaba cansado y me he quedado traspuesto delante del portátil, pero ya estoy contigo y sabes qué? hoy te siento muy, muy  cerca.;- mmm, ojala le respondió. Nunca se sabe le dijo él.
¿Estás sola?- claro le dijo. Intentando allanar el camino comenzó a hacerle una batería de preguntas, cosas sobre su vida, su día a día. ¿Qué haces en este momento? ¿Que ves desde tu ventana?  ¿Porque no nunca me has dado tu dirección?, ¿no quieres que sepa nada de ti?. Imagínate que se me diera por tomar un avión y plantarme ahí ¿Qué haría? ¿A dónde iria? ¿Cómo te localizaría? ¿Tendría que preguntarle a cualquiera que viera por la calle, donde vives? porque solo se tu nombre, bueno, también se un apellido, no sé si el primero o el segundo, ah y el nombre de uno de tus perros ¿y luego  qué?¿apostarme en la cafetería que hay en frente a tu portal, esperando a que aparecieras?  le dijo.
Claro que si cariño, seria divino le contestó, y antes de que siguiera le dijo, pero no imposible, imagínate por un momento que es cierto, que estoy aquí, en Mendoza, y no sé como localizarte ¿Qué haría? ¿Charlaríamos por el chat? dime al menos tu dirección y el número del portal, así podre abrir el google Earth y soñar que voy a tu encuentro, porfa.
En un arrebato de amor, le dio su dirección, el número, el piso e incluso la letra, lo anotó todo en un papel y abrió el google Earth y voló, voló a su casa, quería saber que había al lado de tu portal, una cafetería, un taller o una floristería. Quería saber cuan cerca o lejos estaba en ese momento de ella.
Estaba cerca, muy cerca, a dos manzanas. Cariño- volvió a la carga. ¿Y si ahora te apareciera en la puerta de tu casa? ¿Cómo reaccionarias? y dime la verdad.
Supongo, que el corazón se me pondría a mil, te llevaría a casa, y nada más pasar la puerta, te comería a besos me dijo. Mmmmm, eso suena precioso y apetecible, creo que iré ahora hasta tu casa, y le dijo,- estoy ahí en cinco minutos y sin darle tiempo a una respuesta, apagó el ordenador.
Dicho y hecho, en apenas cinco minutos estaba delante de aquella casa, de su portal, se acercó al interfono y pulsó, no sin nervios, el número que le había dado. ¿Si? escucho. Hola Gisela, soy yo, ¿me abres por favor? escucho como colgaba el interfono y nada más; esperó intentando adivinar que pasaba, que había hecho, ¿esconderse debajo de la cama? pero no, en apenas un minuto, a través del cristal, vio como se abría la puerta del ascensor y ella, salía disparada del hacia él, abrió la puerta y en ese momento recibió el abrazo y el beso más bonito de su vida. Ven, le dijo, y tomándole la mano, se metieron en el ascensor, donde el beso fue más apasionado si cabe. ¿Cómo has venido? ¡Estás loco¡- por ti mi vida, le contesto. Llegaron a su casa, cerró la puerta con el pie y se abalanzó sobre él, los dos rodaron por el suelo, besándose, sin dejar de mirarse, con sus manos en su cara, la miraba, no se lo podía creer, estaba con ella, en sus brazos, a un milímetro de ella, su felicidad estaba al límite en ese momento. Los perros hicieron acto de presencia, los rodeaban, ladraban y lamian, fue un encuentro precioso.
Cuando por fin se despegaron de aquel increíble beso, lo llevó al un sofá, y allí le sometió a un bombardeo de preguntas. ¿Cuándo has llegado? ¿Cuantos días vienes? sos un loco, le dijo sujetándole las manos, sí, soy un loco enamorado le contestó, llegue esta madrugada, por eso me quede dormido en el hotel, después del viaje. ¿Qué hotel? de eso nada, te vienes acá, conmigo. No cielo, que pensaran los vecinos, no quiero meterte en un compromiso. No, te vienes acá, a mis vecinos que le den dos piedras.
Espera, voy a llamar al trabajo, me deben unos días y esta es la mejor ocasión para tomarlos, no,- por mí no lo hagas, le dijo,- claro que lo hago, por vos eso es poco. Llamó al trabajo para pedir esos días y después de colgar el móvil le dijo,- mañana tengo que ir a trabajar, para dejar unas cosillas acabadas, pero después soy toda tuya, en todos los sentidos.
Y allí en aquel sofá, la pudo observar bien, con detenimiento, con calma y  joooo, es preciosa, no se cansaba de mirarla, de darle esos pequeños besos que tanto le gusta dar, besos de amor, como él, les llama.
Las preguntas iban y venían, se mezclaban con las miradas, con las sonrisas y con los abrazos. Por supuesto acabaron haciendo el amor como nunca lo había hecho. Eres increíble.

Continuara…?

2 comentarios:

  1. jajaja.. no manches!!....pero ke haces con mi vida??.... me alegraste la noche... espero ke continue


    Mexicanita

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