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domingo, 8 de abril de 2012

A mi edad

Dicen que con la edad, algunos nos volvemos protestones, y al menos mi hija apoya esta teoría, dice que yo estoy en esa fase y cuando el rio suena supongo que algo de cierto habrá, pero además de protestón, también con la edad me ha dado por hacer otras cosas, algunas muy raras, cosas que jamás me imagine que podría llegar a hacer; escribir.
Escribir me cuesta, no lo voy a negar, y para ello, normalmente, me inspiro en fotografías que siempre me ha gustado coleccionar, también suelo llevar en el bolsillo, una simple hoja de papel o un bloc pequeño, en él anoto las tonterías que se me ocurren, las cosas que veo o algo que escucho, todo me vale, luego en casa las ordeno, les doy sentido e incluso color.
A veces, cuando no llevo ese pequeño bloc y surge algo, una noticia en la tele, una canción o una persona que veo por la calle, pillo lo primero que encuentro, una servilleta o incluso lo escribo en el móvil como una nota recordatorio. Al lado de mi ordenador y debajo de un pisa-papeles, tengo ya unas cuantas servilletas y hojas de papel escritas con esas ideas. Algunas de las cuales, muchas veces se quedan en eso, solo ideas y pasan a la caja de las cosas susceptibles de olvidar.
Y cada noche, mientras veo y no veo la tele, enciendo el ordenador, y me sumerjo en esa colección de fotografías que tengo, mientras las miro, las clasifico, las renombro, las escucho, les doy vida y me da por escribir. ¿Y que escribo? Pues normalmente desarrollo esa idea que en un momento había anotado en mi pequeño bloc, otras veces son tonterías, ñoñeces, cosas que algún día imaginé o que me hubiera gustado hacer, incluso hablo de sueños, de amigos y amigas imaginarias, historias tan extrañas como irreales.
Ya he colgado algunas de esas ñoñeces en el facebook, ¿acaso no recordáis el relato de Lola, aquella niña rubia de ojos azules que tenía un mastín, que era más grande que ella? ¿O la historia de Paco, un ser diminuto y parlanchín, que convivía con mis sobrinas Uxue y Ana?, esta historia tiene continuidad y pronto colgare la historia de cómo Paco conoció a Lola y la bonita amistad que surgió entre ellos. También he escrito una carta que me dicto Xiana, era una carta para su primo Xoel, al que ya todos tenemos ganas de conocer, o el trato que hizo Deborah con su futuro hijo.
Otras veces, se me da por escribir cartas de protesta, de ahí lo de protestón, supongo, aunque yo creo que más bien soy un indignado de sofá. Algunas protestas son contra las estupideces políticas, otras descargo mi rabia contra Telecinco, cosa que tampoco comparto con mi hija.
También he escrito alguna vez en contra de la violencia de género, o en contra de la pena de muerte, de los ahorcamientos públicos en Irán, del Burka, e incluso he narrado vivencias mías, cosas que me han pasado.
Por algún lado de esta vorágine cibernética hay un blog en el que descargo esas tonterías, sueños, quejas y rabietas.
Me gusta escribir, y aunque solo yo lea mis cosas, me queda una agradable sensación que vale la pena.

I.L.S.

1 comentario:

  1. jajajaja gruñón, mira aquí ando leyendo de nuevo tus escritos uno a uno

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