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miércoles, 7 de marzo de 2012

El efecto Telecinco


Eulogio estaba en casa, sentado en su sofá preferido cuando sonó el timbre, se levantó  y fue a abrir la puerta.  Era la policía. ¿Es usted D. Eulogio García? Si, les contestó con cara de intriga ¿Qué desean? ¿Que ha pasado? Les pregunto Eulogio. Acompáñenos, por favor ¿Por qué?  Insistió,  a lo que uno de los agentes, por fin saco del bolsillo de la cazadora una nota y se la entregó.
Juzgado de 1ª Instancia de lo civil: área de juicios rápidos. Se requiere la presencia de D. Eulogio García en este juzgado para comunicarle la sentencia correspondiente al pago de Servicios  Sociales por infracción leve.
Siguió leyendo intentando saber el motivo de aquel desaguisado, por fin leyó la causa: Se le acusa de ser crítico con la mejor televisión de entretenimiento del mundo.
Su cara era de extrañeza pero decidió acompañar a los agentes y aclarar aquel malentendido, al llegar al edificio de los juzgados, los policías le hicieron esperar en una salita pequeña, era una habitación con tres sillas y nada más.
A los cinco minutos uno de los agentes abrió la puerta y le dijo, acompáñeme; se levantó y le siguió, quería terminar con aquello cuanto antes. Entraron en una sala majestuosa, llena de gente, que murmuraba al tiempo que le miraban.
“El juez Cartón” dijo un policía golpeando con un bastón en el suelo, todo el mundo se cayó al tiempo que se ponían en pie.
El juez miro a Eulogio, cogió un papel que traía en la mano y dijo: Se procede a dar lectura a la sentencia de la denuncia presentada por el Sr. Pacile contra D. Eulogio García.
Él seguía sin entender nada, se hizo un silencio más silencioso si cabe y el juez continúo. Se le declara CULPABLE de hablar mal y de pertenecer a un grupo anti Telecinco con lo que será sometido al castigo de LA CAJA durante un periodo de 24 horas.
El murmullo se intensifico, parecía como si la gente se alegrara del castigo que le habían impuesto.
Pueden llevárselo, asentó el juez dando un golpe con su mazo, al tiempo que se levantaba para retirarse, el juicio había terminado.
Los policías se colocaron uno a cada lado de Eulogio y le pidieron que les acompañara. Salieron  del edificio y lo metieron en un furgón policial, el viaje duro muy poco, apenas veinte minutos. Cuando el coche se detuvo, se encontró delante de una nave. Una puerta se abrió y una pareja se unió a los policías, caminaron por un pasillo lleno de trastos hasta una sala enorme, en el medio había una especie de cortina que tapaba algo por los cuatro costados. Era la caja que había dicho el juez, pensó Eulogio.
La sentencia de la caja consistía en encerrarlo un día entero en un recinto perfectamente cuadrado, le ataron y con un casco que le pusieron, impedían que cerrara los ojos. Se hizo el silencio y al poco se apagaron las luces.
Él no tenía ni idea de la hora que era, ni de lo que iba a pasar, pero de repente en las paredes comenzó a proyectarse imágenes en alta definición y en estéreo, de programas y caras que le eran conocidos, pronto me dio cuenta de que eran imágenes y programas de Telecinco
Durante 24 horas sufrió la visión de:”Gran Hermano, Sálvame, Mujeres, hombres y viceversa,  ¿Quién quiere casarse con mi hijo? La Noria, debates  y debates al estilo inconfundible de Telecinco, tú sí que vales, entrevistas a Jorge Javier, Belén Esteban, películas sobre la Duquesa de Alba, Isabel Pantoja, etc.. Aunque intentara girar la cabeza, cosa que el casco se lo ponía difícil, seguía viendo la pantalla, luego pusieron resúmenes de todos los debates de los 12 grandes hermanos por orden cronológico, al terminar apareció en la imagen Anne Germain, hablaba en ingles mientras Jordi traducía, le ponía en contacto con el mas allá, por supuesto sin acertar ni una. Y así estuvo todo el día, 24 horas, 1.440 eternos minutos que jamás olvidara.
Desde aquel día Eulogio deambula por las calles como un zombi, no habla con nadie, no sonríe, no gesticula, su mirada está perdida. Es el EFECTO Telecinco.





I.L.S.

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