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lunes, 6 de febrero de 2012

Ni colillas ni perros

Esta mañana he encontrado esta foto en internet y me he venido a la memoria la conversación, por llamarla de alguna manera, que tuve el otro día y decidí escribir esta carta.
El sábado pasado, como casi siempre, me he ido a tomar algo al bar que hay debajo de casa, mientras leo la prensa. A base de ir he entrado en un grupo de personas, de conocidos, esos que cada sábado estamos allí y siempre hay algo que comentar. Entonces uno de ellos, Manolo, una persona bastante exagerada en todos los aspectos,  me dijo todo serio que en la alameda de un pueblo cercano han puesto un cartel que dice “No colillas, no perros” yo le conteste que no me parecía bien lo de las colillas y menos lo de los perros, supongo que se referirán, le dije, a que multarán a los fumadores que tiren las colillas al suelo y a la gente con perro, que no recoge las caquitas de los chuchos, no, me dijo él, no dejan ni fumar ni llevar perros. Pues no me parece bien,  yo ahora no fumo pero no veo bien el acoso y derribo al que están sometidos los que fuman,  y en cuanto a lo de los perros me dijo todo lleno de razón que “el que tenga perro que lo lleve a pasear al monte” ¿y porque no ponen un crematorio y acabamos con los perros y con los fumadores? Se solucionan dos problemas de un golpe, le dije en tono sarcástico, ya puestos.
No he tenido tiempo de comprobar que esto sea cierto, pero lo hare.
Me parece bien que prohíban fumar en lugares públicos, pero en una alameda con poner unos recipientes para las colillas creo que sería suficiente. Alguno me dirá que hay niños pequeños. Niños lo hubo siempre ¿y porque no prohíben pasear a los niños por la alameda? ¿No hay parque infantiles? Porque puestos a prohibir, esto es solo el principio. Eso sí, al que pillen tirando una colilla al suelo, multa al canto, y quien dice una colilla, dice un papel o cualquier objeto.
En cuanto a los perros, lo mismo, todo perro por la calle DEBE ir acompañado de su amo y este es responsable de las defecaciones y de los actos del animal, así que si el animal hace sus necesidades, el amo debe recogerlas y punto pelota. Todo animal que vaya solo, será recogido y enviado a la perrera, allí se comprobara si lleva chip, cosa que es obligatoria, si lo tiene allí ira registrado el teléfono del dueño, se le llamará y abonará una multa no muy grande, pero si lo suficiente para que se lo piense otra vez y no mande al perro a los recados, y si no lleva chip, se le considerara sin dueño, con lo que se actuara de otra manera, no soy yo quien de la solución, ni la tengo.
El hombre este siguió despotricando contra los perros, seguía con su idea de que habría que llevarlos a pasear al monte. Al monte habría que llevar a muchas personas que son menos civilizadas que los perros, le dije, pero no se dio por aludido, y si lo hizo no entro al trapo. La conversación se termino ahí.
Creo que muchos perros son más civilizados que sus dueños.
I.L.S.