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jueves, 25 de agosto de 2011

Las Marionetas de Don TV.

Don TV es un señor muy poderoso en el mundo de las comunicaciones. Tiene sus empresas y para él trabaja mucha gente, pero él es avaro y ansía poder.
En sus empresas como en otras empresas, trabajan diferentes tipos de gente. Hay la gente corriente que hace labores administrativas, de redacción, etc. y hay las que salen en cámara. Pero la cámara es muy traicionera y tiene una manera distinta de medir la calidad del trabajo.
Se podría decir que delante de la cámara hay gente seria y luego están las gentes que más le gustan a Don TV, las marionetas.
Las marionetas de Don TV, suelen tener una vida muy corta, es como si Don TV las exprimiera para luego tirarlas a la basura del olvido.
Algunas marionetas en su afán de volver a la palestra televisiva, venden su alma al diablo, entregan su vida por fascículos al espectador, ese espectador aburrido y ávido de morbo y así pasan los días, los meses, algunos años, tirando del teto morboso.
Mientras firman autógrafos todo va bien, luego a muchas de esas marionetas se las ve pidiendo limosna por la calle, con unos arrapos como vestimenta.
La princesa del pueblo es la que más le está durando, pero ahora le viene pisando los talones de una manera muy fuerte R. Benito, una concursante  y ganadora de un reality Show a la que están exprimiendo de una manera brutal. Como pago a su fama han salido a la palestra cuernos del marido, una supuesta relación de ella con otro concursante de dicho concurso. El caso es vender morbo y eso Don TV lo hace muy pero que muy bien.
Los otros participantes del circo de las marionetas  de Don TV, están así, con su saber hacer, levantando calumnias, tirando de hilos desconocidos con tal de que la gallina de los huevos de oro siga poniendo y ellos puedan continuar en el plato de la vida rosa.
¿Y qué futuro les queda a las marionetas? Esas que por cobrar sus buenos cheques de Don TV vendieron su alma, su intimidad, permitieron que las sometiesen a esos tercer grado, a una caja de no sé  qué e incluso a un polígrafo del que todo el mundo, incluso ellos dudan de su eficacia, pero vende.
Las marionetas de Don TV son así, mientras les llega su buen dinero y la vida le sonríe, no les importa el precio que tienen que pagar, y si les importa, no pueden hacer nada, han entrado en esa vorágine mercantil.
Incluso cada día en el casting de las marionetas hay miles y miles de aspirantes que luchan por ese momento de gloria.
R. Benito cobro su buen dinerito y ahora Don TV se siente con el derecho de exprimirla, de sacar de ella lo que se le antoje, sea lo que sea. Su marido también ha cobrado de Don TV su buen dinerito por ir a plató y sucede más de lo mismo, Don TV le echa sus perros adiestrados para tal menester. Lo de menos es lo que salga a la luz, en unos días la gente, el público de la calle se olvidará  de todo y ellos quedan con los bolsillos llenos. Al final se trata de ganar pasta a costa de la audiencia. Bendita audiencia. Pero ¿Dónde está la ética? Seguimos en la selva del todo vale.
Pan para hoy, hambre para mañana, pero ese pan está muy caro

I.L.S.

viernes, 19 de agosto de 2011

CARTA DE UN CIENTÍFICO A ALEJANDRO SANZ. LEY SINDE

Ya conoceis todos mi repulsa hacia el canon digital, hacia la ley sinde y todo lo que ello conlleva, por eso he querido poner mi granito de arena publicando en mi blog esta carta que un cientifico le envia a Alejandro Sanz y dice asi:
 
Hola Alejandro,
Hace muchos días que ando dándole vueltas a la ley Sinde, a los derechos de autor, y leyendo tus desafortunados tweets. Ahora que tengo las tres cosas juntitas, déjame que te comente algunas cosas. Soy científico, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y actualmente “Visiting Assistant in Research” en la Yale School of Medicine, en New Haven, Conneticcut.
Trabajo en el desarrollo de  vacunas para el tercer mundo, centrando mis esfuerzos en la Leishmaniasis, una enfermedad olvidada que mata e incapacita en África, Asia y Sudamérica. Sí, esos mismos sitios para los que, de vez en cuando, puedes montar una parranda benéfica. Y aunque no lo sepas (y muchas personas no lo saben) es esa enfermedad que hace que miles de pobres niños tengan el vientre hinchado y mueran. La misma que hace que sus padres no puedan trabajar. Entre nosotros, ese tipo de enfermedades que hace que el tercer mundo siga siendo tercer mundo.
Cuando consigo que mi trabajo funcione, tras muchísimas horas de laboratorio exponiéndome a múltiples riesgos para mi salud, intento publicar mis resultados. ¿Sabes lo que pasa cuando lo hago? Que la revista se queda con todos mis derechos de autor. CON TODOS. Si quiero, no sé, poner una figura de mi trabajo en algún otro formato, tengo que pedir permiso. Por mi figura. Por mi trabajo. Y te hablo de figuras en blanco y negro. En color no podemos pagarlas.
¿Sabes por qué? Porque PAGO POR PUBLICAR. Sí, en serio, lo hacemos. Mi laboratorio tiene que pagar para poder difundir los avances científicos que puedan curar a esos niños o a sus padres en el futuro. PAGO POR PUBLICAR y tengo que pedir permiso por mi figura, por mi trabajo.
Ahora podrías meter en 140 caracteres que luchar por mis derechos no me impide que tú lo hagas por los tuyos; yo seguiría leyendo.
Desde que el hombre es hombre, desde que el ser humano es humano, ha demostrado que necesita expresar sus sentimientos. Y de ahí surgió el arte. También, al mismo tiempo, surgieron las preguntas de qué hacía aquí. Los famosos “de dónde vengo, quién soy y a dónde voy”.
Y es que las dos cosas, ciencia y arte, son humanas, pero no por ello profesiones.
Mira, no sé, 100 o 200 años atrás. El arte lo hacía el que podía permitírselo. Y la ciencia también. Hasta Darwin descubrió el origen de las especies en un tour por el mundo, en el que vio que los pinzones de unas islas tenían los picos más grandes que otros. La gran revolución científica vino de un viaje de alguien que pudo permitírselo.

Ahora, industria mediante, los artistas cobran por entretener y los científicos cobran por descubrir cosas. Una maravilla para los que no somos de familias ricas y queremos hacer ciencia o arte.
Yo me he quejado y mucho de mi falta de derechos. De intentar defender lo que ahora, para mí, es más que un reconocido trabajo. Y también creo cosas.
La diferencia es que yo con un salario tengo bastante. Y lucho por un salario digno. QUE ME PAGUEN POR MI TRABAJO. No creo que tenga sentido que me paguen tiempo después por mis logros. Te recuerdo que lo que yo quiero es una vacuna para el tercer mundo. Y pagar mis facturas. No quiero ningún rendimiento extra que no me merezco. No quiero derechos de autor, quiero que mis avances sigan derechos a conseguir su objetivo.


Entiendo que quieras que te paguen por tu trabajo. Y deberías (que lo haces) negociar lo que te paga una discográfica por grabar un nuevo disco. O que defiendas tu caché en los escenarios. Pero cobrar también impuestos sobre los CD´s, discos duros, lo-que-sea que la S.G.A.E quiera inventar para sangrar al ciudadano medio, perdóname muy mucho, pero yo, lo veo excesivo. Intentar lanzar una ley que te permita cobrar más de lo que te toca porque la industria que a ti te trata bien se está muriendo, lo siento, pero no. Limitar las libertades individuales para maximizar vuestro beneficio no es justo.

¿Sabes por qué tengo un blog de divulgación científica? Para que el mundo vea que la ciencia es importante. Para que posiblemente en el futuro sea una profesión digna. Yo no busco hacerme rico. Yo no quiero recortar libertades. Yo lucho por cambiar la industria que hace que mi actual profesión me obligue a tener otra con la que, juntas, poder pagar las facturas.
Y por favor, no vuelvas a comparar los derechos a recibir medicamentos de los niños pobres con el derecho a declarar culpable de piratería a diestro y siniestro. Que ya lleváis demasiado tiempo cobrando por ello. Renovaros o morid. Pero no hables de los que de verdad mueren aunque de vez en cuando reciban tu calderilla.
Atentamente,


Lucas Sánchez.